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Cada vez que se han reducido o flexibilizado las restricciones han repuntado los contagios. Y esto es lo que ocurre, en Menorca con los botellones de las fiestas de Sant Joan y en Mallorca con los viajes de estudios, al coincidir con el levantamiento del toque de queda, el final del curso escolar, el incremento de la movilidad y el aumento de la relación social.

Todo ello genera una falsa sensación de seguridad entre los jóvenes, cuando el segmento de edad comprendido entre los 16 y 29 años es el que presenta los índices más bajos de vacunación, lo que facilita y agudiza la transmisión comunitaria. El resultado, en nuestra Isla, es que la pandemia se ha vuelto a desbocar, siendo Ciutadella el epicentro de los contagios, con 209 casos por 100.000 habitantes y 42 de 70 nuevos positivos.     

La incidencia se registra entre los jóvenes y el médico epidemiólogo Maties Torrent les pide que reduzcan su actividad social. Al mismo tiempo, el Govern decide acelerar la vacunación en este tramo de edad. Arrancamos julio con sólo el 40 por ciento de la población de Menorca que dispone de la pauta de inmunización completa, mientras el virus sigue circulando, infectando y contagiando.