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Las restricciones, los confinamientos y las medidas decretadas por la pandemia del coronavirus, han provocado la suspensión de intervenciones programadas, la demora en realizar pruebas diagnósticas y programas de prevención, y, al mismo tiempo, han incrementado las listas de espera.

Los retrasos en los diagnósticos ya han aflorado dos casos en Menorca, con la muerte de los pacientes, que han sido denunciados por sus familiares: Pau Columbrans falleció con 75 años por un cáncer de próstata y que no fue detectado a tiempo, y después de un año de espera para someterse una operación por una dolencia que no presentaba gravedad.

Ahora la familia de Paqui Miró, paciente oncológica, relata, en un doloroso escrito publicado en MENORCA• «Es Diari», que falleció tras 85 días de espera para que se realizara el TAC ordenado por la oncóloga que la trataba para conocer la evolución de su enfermedad. La petición de la tomografía, formulada el 7 de mayo, se practicó el 30 de julio, cinco días antes de morir.    Estos casos reclaman explicaciones que deben aportar los responsables del IB-Salut. No se comprenden estas largas demoras, lo que abre hoy la puerta a pedir responsabilidades.