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Caritas -la ONG de la Iglesia Católica- presentó ayer un informe con datos demoledores. España cuenta con once millones de personas en situación de exclusión social, 2,5 millones más que en 2018, por los efectos de la pandemia sobre el desempleo y la vivienda. Según la encuesta realizada en más de 7.000 hogares, sólo el 42 por ciento no sufre exclusión, siete puntos más que hace sólo tres años. Una sociedad moderna y comprometida como la española no puede dar la espalda a la durísima realidad de las ‘colas del hambre’ y personas que se hallan en situación límite.

Numerosas ONG, como Caritas, asumen una tarea de asistencia social que crece en progresión geométrica. La brecha social se amplía cada vez más sin que se vislumbre un cambio de tendencia. Son necesarias, por tanto, políticas públicas eficaces para frenar una dinámica que arrastra a millones de ciudadanos hacia la exclusión social, decisiones alejadas del efectismo y el rédito inmediato que son indispensables para garantizar una calidad de vida digna para todos. A medida que se supera la crisis sanitaria de la pandemia es preciso acometer, afrontar y solucionar la crisis social que está provocando.