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La crisis sanitaria de la pandemia del coronavirus ha acarreado severas consecuencias sobre el conjunto de la sociedad y la economía. Balears ha sido la comunidad de España más afectada al haber provocado la covid, durante el 2020, el desplome del turismo y sus ingresos, con una caída del 81 por ciento en la facturación y del 83 por ciento en el gasto turístico.

      Menorca ha sufrido el impacto de la triple emergencia sanitaria, social y económica, con una reducción del 23,3 por ciento en el Valor Añadido Bruto (VAB) insular, que fue de 1.731 millones de euros, cuando en 2019 ascendió a 2.257 millones. Este descenso de 526 millones en la riqueza de Menorca motivó que la renta per cápita de los menorquines disminuyera en 5.500 euros, pasando de 23.608 euros a 18.107. Después de una corta temporada turística, marcada por las restricciones y el ritmo de la vacunación, ahora se apunta el 2022 como el año de la reactivación. Pero el encarecimiento de costes y la falta global de suministros, con la advertencia de desabastecimiento en determinadas materias primas, abre un escenario de incertidumbre y pone en peligro la recuperación. El 2022 es, ahora mismo, una incógnita.