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Estos últimos días se está registrando en España un severo repunte de la pandemia y Menorca no es una excepción con un 768 casos activos, la cifra más alta desde el pasado 18 de julio. El aumento de contagios incrementa la presión hospitalaria, tanto en los ingresos en las UCI como en planta, además de impactar sobre la red de Atención Primaria. Gracias a la campaña de vacunación, este nueva ola del virus no está generando el colapso asistencial que se había registrado anteriormente. Pero no podemos olvidar los efectos negativos de este rebrote, en el que también interviene la nueva variante ómicron, tanto para la economía como la sociedad y la salud.

En Balears se aplican controles para evitar la entrada de personas sin vacunar a varios establecimientos. La exigencia del certificado Covid se extenderá a bares y cafeterías, y se impondrá a todo el personal sanitario. En este contexto sigue imprescindible la colaboración activa de la sociedad ampliando los porcentajes de vacunación. Por solidaridad y para frenar los contagios hay que completar la inmunización. Y, por supuesto, cumplir con las recomendaciones básicas de prevención de los contagios. Que el escenario actual sea más favorable que hace sólo unos meses no justifica el exceso de confianza ni la dejadez, el virus circula, sigue contagiando y no es posible bajar la guardia.