TW

La escalada de precios en el precio por la subida récord del combustible es otro factor que encarece la vida en Menorca, repercute sobre los menorquines y las familias -autobuses, taxis y vehículos particulares- y, al mismo tiempo, resta competitividad y productividad a las empresas de la Isla. La realidad es que los precios del carburante en Menorca superan la media nacional -la gasolina ha alcanzado un máximo histórico-, lo que nos sitúa en una posición de clara inferioridad y desventaja, añadiendo carestía a la sociedad insular y dificultades a las empresas menorquinas.

El hecho de  vivir en una Isla, tan elogiado por quienes vienen unas semanas al año, perjudica a quienes residen y trabajan durante todo el año en Menorca, con unos sobrecostes y encarecimientos que no son compensados por el Régimen Especial de Balears que se aprobó en febrero de 2019. La insularidad no puede convertirnos en ciudadanos de tercera y obstaculizar las iniciativas para diversificar la economía local. Hemos de tener las mismas condiciones, oportunidades y capacidad de generar renta que quienes residen en la península. Este es el gran reto para conseguir una Menorca emprendedora y con futuro.