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El discurso de Francina Armengol en el acto institucional del Dia de les Illes Balears aportó un primer balance del Govern cuando está a punto de empezar el último año de esta  legislatura. La presidenta calificó la invasión de Ucrania de «agresión rusa a los valores que sostiene Europa». Unos valores que vinculó a la capacidad de construir pactos sólidos y duraderos, arrimando así el ascua del consenso a la labor legislativa de la mayoría parlamentaria que lidera.

 La aprobación del decreto-ley para definir una nueva regulación del sector turístico y la primera ley de educativa fueron las dos iniciativas políticas que la presidenta blasonó como paradigmas del diálogo y el consenso, pese a las idas y venidas del sector hotelero en el caso de la primera y de las críticas por falta de acuerdo que provoca la segunda.

De este discurso se desprende que Armengol quiere pasar página de la pandemia y fija la vista hacia el futuro de Balears, presentando las medidas de su Govern como elementos fundamentales para la recuperación económica y social. Unas actuaciones de las que la presidenta y secretaria general del PSIB-PSOE espera obtener el rédito electoral que le permita encadenar un tercer mandado consecutivo, aunque ese extremo se resolverá en las urnas dentro de 15 meses. Una proximidad que ya todo lo impregna.