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La reunión que mantuvieron el jueves la presidenta Armengol y la consellera de la Concha con las asociaciones de agricultores, ganaderos y pescadores de Balears acabó con una reivindicación unánime: o se aplican medidas inmediatas o, en caso contrario,    el sector primario, calificado como ‘estratégico’ por el Govern, se acabará extinguiendo. 48 horas después, las cofradías de pescadores de Balears secundan el paro a nivel nacional y amarran la flota. Ayer una amplia representación del mundo agrario de Mallorca y Menorca se sumó a la protesta celebrada en Madrid. Y en la Fira del Camp en Alaior todas las organizaciones y cooperativas leyeron un manifiesto reivindicativo. El ‘SOS’ de los payeses y pescadores de Balears se resume en una exigencia    a la que debe responder el Govern: han de producir y competir en igualdad de condiciones que en la península. Pero los sobrecostes de la insularidad ahogan la agricultura y la pesca de Balears, donde pagamos los combustibles más caros de España. El Régimen Especial de febrero de 2019 aún no compensa estos extracostes. Y apelar a la Política Agraria Comunitaria que debe empezar a aplicarse en 2023, como hace la consellera Mae de la Concha, tampoco es la solución porque desconocemos si entrará en vigor y si, como dice, aumentará las ayudas a Balears como región insular.