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Las medidas aplicadas en Balears durante la última década para contener el crecimiento de nuevas plazas hoteleras no han evitado el incremento de 20.000 camas; pero, al mismo tiempo, se ha disparado el alojamiento en el alquiler vacacional. La planta hotelera de las Islas ofrece hoy 443.706 plazas, mientras que hay registradas -o sea, legalizadas- 181.713 camas en las viviendas que se destinan al alquiler turístico. La ley que mañana aprobará el Parlament persigue incrementar la eficacia de las medidas de contención y, al mismo tiempo, el decrecimiento para reducir la oferta. Es preciso regular el alquiler turístico en situación alegal, y valorar la gran aportación de esta modalidad a la economía local. No pocas familias y pymes dependen de las rentas que generan las casas    que se alquilan a los visitantes. Corresponde actuar a los consells insulars, que cuentan con las competencias de inspección para evitar esta oferta alegal e ilegal. La Asociación de Viviendas de Alquiler Turístico de Balears (Habtur) advierte que con la nueva ley desaparecerán 90.000 plazas de arrendamiento vacacional; y el conseller Iago Negueruela afirma que la norma bloquea el crecimiento, no solo del alquiler turístico, sino también hotelero. Se impone el acuerdo con todo el sector para abrir un marco de colaboración público-privado que beneficie a todos.