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El precio de la luz subió ayer en España diez euros, a pesar de que el martes se aplicó por primera la ‘excepción ibérica’, autorizada por la Unión Europea, que limita el precio de gas en España y Portugal. El precio del megavatio se pagó ayer a una media de 224 euros respecto a los 214 euros del martes. La entrada en vigor del mecanismo ibérico con el tope del precio del gas provocó que el mercado mayorista bajase ayer un 22,6 por ciento, pero esta caída no se trasladó íntegramente al consumidor, porque se debe incorporar la compensación a las centrales de gas y ciclo combinado, conceptos que pagan todos los consumidores.

Al mismo tiempo, resultan directamente perjudicadas las empresas con un contrato a precio fijo, renovado desde finales de abril, porque deberán soportar un recargo de 60 euros de media. Actualmente hay en España unos once millones de familias acogidas a la tarifa regulada, que constituyen la referencia para los otros 17 millones de hogares que cuentan con contrato en el mercado libre.

La actual situación con los precios intervenidos no podrá prolongarse más allá de los doce próximos meses. Durante este período el Gobierno cree que habrán cedido las    tensiones en el mercado gasístico y eléctrico. Una apuesta arriesgada cuando siguen subiendo los precios de los combustibles.