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La ortodoxia económica que impone el Banco Central Europeo (BCE) para frenar la inflación provoca el encarecimiento de los créditos hipotecarios. Los sucesivos aumentos de los tipos, que continuarán en los próximos meses, están teniendo un impacto inmediato en más del 72 por ciento de las hipotecas en España; las que están vinculadas a la evolución del euríbor. Estas revisiones al alza suponen un varapalo para las economías familiares, ya que resulta imposible ajustar más los gastos para llegar a final de mes.

El BCE recurre a una de las medidas más clásicas para enfriar la economía: subir los tipos de interés bancario, elevar el precio del dinero. A partir de ahí se ha desencadenado el hundimiento de la economía de millones de familias. Frente a esta coyuntura el acuerdo del Gobierno central y las entidades financieras, aprobado ayer, abre un nuevo escenario; pero solo el tiempo determinará si se logran los objetivos.

Todo indica que con los nuevos plazos de carencia y amortización, el sistema financiero español quiere soslayar el previsible incremento de la morosidad en los préstamos hipotecarios. La sombra de lo ocurrido en 2012 con el rescate de la banca ha pesado de manera decisiva para la búsqueda de fórmulas que minimicen las consecuencias de la subida de los tipos de interés e insuflar oxígeno económico a las familias.