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Asistimos a la recuperación de prácticas habituales en años del ‘boom’ turístico en Balears,    cuando los trabajadores se alojaban en los establecimientos hoteleros por la falta de vivienda. Un hecho que se repite ahora por el precio desorbitado de los alquileres. Las redes sociales están invadidas de mensajes de personal que tiene previsto incorporarse en las próximas semanas y no encuentra un alojamiento asequible. Las empresas quieren garantizar la estabilidad de sus plantillas y habilitarán habitaciones para alojar a sus trabajadores.

Es una fórmula que se puso en práctica recientemente en Eivissa al destinar plantas de hospital para alojar a profesionales sanitarios en los meses del verano. El sector turístico se ve obligado a reaccionar, pero las compañías hoteleras han de ser las primeras interesadas en evitar cualquier tipo de abuso en las condiciones de habitabilidad, que deben estar garantizadas en todos sus aspectos. La iniciativa empresarial se añade a la dramática situación del mercado inmobiliario en las Islas, viciado en buena medida por la falta de reacción de las instituciones para resolver un problema que lleva detectándose desde hace muchos años. Las soluciones no pasan por medidas coyunturales o populistas. Las administraciones deberían ser el motor que impulse un cambio radical de la situación de manera urgente.