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Los profesionales -arquitectos y aparejadores, entidades, propietarios y comerciantes no aciertan a comprender cómo el Ayuntamiento de Ciutadella ha perdido al menos dos años para afrontar y resolver la modificación del Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico-Artístico. Este documento, que ordena y regula los usos del centro urbano, donde se ubican los edificios y espacios de la ciudad episcopal y señorial, fue aprobado hace 24 años, con una realidad social y económica que ha evolucionado y ha ido cambiando. De ahí la urgente necesidad de actualizar este plan, que está desajustado, porque sus criterios, con limitaciones y restricciones que fueron concebidas hace 25 años, no dan respuesta a las necesidades y exigencias para dinamizar el casco antiguo. Así lo denuncian tanto el Colegio de Arquitectos como el de Aparejadores y los residentes, perjudicados por unas normas obsoletas que propician el abandono de las viviendas de este espacio urbano e impiden el equilibrio para conciliar la vida familiar y ciudadana con la actividad económica. Un retraso incomprensible, que se añade a la inexplicable demora que acumula la revisión del Plan General de Ordenación Urbana de Ciutadella.