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El Congreso de los Diputados inicia hoy el debate de la segunda moción de censura presentada por Vox en esta legislatura. El grupo parlamentario de Santiago Abascal está legitimado para exigir responsabilidades políticas al presidente del Gobierno, pero debe aportar un programa a aplicar desde La Moncloa. En esta ocasión consiste en una apelación al resto de grupos parlamentarios para convocar, de forma inmediata, elecciones generales, a apenas siete meses para que acabe la legislatura.

Vox, con las encuestas a la baja, quiere recuperar protagonismo, pero una moción condenada al fracaso no constituye el camino más acertado. Al presentar a un candidato sorprendente, el economista Ramón Tamames, que ha transitado desde el PCE a la derecha más conservadora, Vox se juega su prestigio con una estrategia atípica porque Tamames no oculta sus desacuerdos en cuestiones tan nucleares como las autonomías y la emigración.

Más allá de los comentarios jocosos sobre la edad y la trayectoria de Tamames, nos hallamos ante un debate político que, en función tanto de los argumentos como las respuestas, tendrá consecuencias para el PSOE y para el PP. Corresponde a Pedro Sánchez contestar con la gestión realizada, y el Partido Popular ha de marcar perfil propio, defender sus propuestas y saber explicar por qué en lugar del ‘no’ opta, en esta ocasión, por la abstención.