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El triunfo que ha obtenido el  PP en las elecciones locales y autonómicas en Balears imprimen un gran cambio en la configuración de las principales instituciones. La formación que lidera Marga Prohens es la encargada de materializar en las Islas, y Dolfo Vilafranca en Menorca, durante los próximos cuatro años el programa con el que concurrió a los comicios, una premisa irrenunciable frente a sus votantes pero cuya prioridad ahora es el conjunto de la sociedad. Liberalizar las plazas turísticas, suprimir o bajar impuestos y modificar parámetros urbanísticos son decisiones de un enorme calado que han de ser ponderadas.

Tras las sesiones de investidura empezará el momento de gobernar y hacerlo con eficacia. Cambiar las normas que acotan el crecimiento de la oferta turística puede ser una decisión emblemática del Govern que presidirá Prohens, pero también hay que corregir la masificación. El Govern, al igual que los consells y muchos ayuntamientos, cambian de color político y mantienen sus prioridades: servir a los ciudadanos, atender a sus necesidades y mejorar su calidad de vida. Los nuevos responsables institucionales han de comprometer e implicar al conjunto de la sociedad en la toma de las decisiones más importantes y trascendentales para Balears, con la mirada puesta en el futuro, lejos del oportunismo y el cortoplacismo.