EditorialMenorca01/12/24 4:00
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La violencia en el fútbol base de Balears no cesa. A pesar de las esfuerzos de la Federació de Futbol de les Illes Balears, las campañas de concienciación, los lemas en las camisetas de los colegiados ‘No insultes’ o ‘No grites’, esta lacra sigue tiñendo de vergüenza nuestro fútbol. Las peleas y agresiones en las gradas entre padres de equipos benjamines, infantiles, cadetes y juveniles son inaceptables. Es intolerable que unos niños se levanten ilusionados un sábado por la mañana para reunirse con sus compañeros y disfrutar jugando un partido de fútbol y acaben llorando y sin ganas de volver a pisar un campo por estas actitudes violentas protagonizadas por sus propios pares. Una de las medidas de presión podría ser la celebración de una jornada sin padres en la grada.

Hay que tomar soluciones drásticas y de forma urgente. Una jornada sin padres podría servir para tomar conciencia del daño que estos episodios hacen a nuestro fútbol y a nuestra sociedad. Las autoridades también deben asumir sus responsabilidades porque la Federació de Futbol se encuentra atada de pies y manos cuando los incidentes se producen en la grada o incluso en los aledaños de los campos de fútbol. La Federación que preside Jordi Horrach quiere acabar con la violencia desde que llegó a la entidad. Pero, lamentablemente, los episodios no cesan. Es el momento de actuar con más contundencia y aplicar medidas mucho más severas.