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O debería serlo. Sin embargo, algunas prestaciones sanitarias se alejan del alcance ciudadano a causa de las dificultades financieras de la Administración autonómica. La decisión, legítima y razonada, de las agencias de viaje sobre el cese en la expedición de billetes para traslados de pacientes y acompañantes causa malestar, agrega burocracia y siembra incertidumbre en torno al futuro de este servicio. Otros proveedores de servicios también sufren impagos y es probable que surjan nuevas medidas de presión, pero ninguna como la sanitaria desprende tanta trascendencia.

El problema, como en el caso del transporte aéreo y tantos otros ámbitos, tiene singulares aristas en Menorca, donde la menor dotación facultativa y cobertura hospitalaria obliga a un mayor número de desplazamientos. Es cierto que se mantiene el compromiso de abono por parte del IB-Salut, imprescindible para asegurar la igualdad de derechos y atención en toda la Comunidad, y que la mayoría de los pacientes asume con deportiva resignación las consecuencias del momento económico, pero resulta imprescindible priorizar el gasto y recuperar la confianza en la gestión de la sanidad.