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Sin prisa pero sin pausa, sin oposición efectiva en los casos controvertidos y sin remedio avanza la ordenación del puerto de Maó, un objetivo en el que no ceja Autoridad Portuaria de Balears, que necesita que esté todo "net i aclarit" para conseguir, entre otras cosas cumplir con el principio de autosuficiencia económico-financiera que inspiró la creación de estos entes. Por eso, como dicen las malas lenguas, APB ha ido "troceando" el puerto y adjudicando concesiones al mejor postor. Sin embargo, el ente vela también porque todos disfruten de lo que es de todos y de ahí su empeño por recuperar La Solana, un empeño que choca con la oposición frontal de los "vips" de la zona, que, al parecer, cuentan con más tiempo, más paciencia y más recursos para intentar defender las concesiones de las que disfrutaban más que los autóctonos. APB está en su derecho de recuperar el dominio público marítimo-terrestre, sus potenciales usuarios están en su derecho de disfrutarlo y los pudientes, en el de defender lo que entienden suyo. La Justicia, más tarde que pronto, me temo, decidirá, y mientras habrá que ver si la eficacia de la que hace gala APB es capaz de asegurar un futuro en positivo para La Solana.