Alegoría del ayuntamiento mahonés y la ermita de la Mare de Déu de Gràcia, realizadas con papel maché por Silvia Vivó, para el establecimiento Equivalenza, de la calle Nueva - (Fotografía cedida por la propietaria)

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La tramontana fiblava, de camino por Trepucó, entre los zarzales y los hierbajos, varias piedras recién caídas de las viejas paredes; las mismas que se van derrumbando poco a poco, en consonancia con tantas otras cosas que han dejado de ser como eran. Iba yo pensando y siempre pensando, no crean que mi pensamiento vuela a siglos atrás, ¡que va! Tal cual dictó Darle Carnegy, hay que vivir el presente, ni tan siquiera el hoy, no, el momento, y mucho menos a veinte años vista. Quins disbarats.

Por ello en mi juventud, cuando se puso la moda pagar a plazos, no me gustaba lo de las letras a 90 o 120 días vista. Mejor el pago al contado que siempre producía un descuento, cuantos más plazos, más gastos, con la particularidad de que quién te aseguraba que podrías efectuar el abono. ¿Y "si tombava es coll" dejando las deudas a mis allegados?
A la altura de las puertas verdes, ahora de hierro, hechas por el alemán abuelo de Lina y Toñi ambas desposadas con dos Arturos, uno Sintes y el otro Bagur. Iba pensando dónde dejar el carretón, llegaba a mi pueblo y éste, si bien la prensa dice que hay muchas plazas vacías, es bien sabido que para ocuparlas hay que pasar por la maquina tragaperras. Mi problema. La paga de jubilada, el carro, y en Blancu, en estos momentos, son el gran dilema. que els faig. ¿Dónde los dejo?

Antes, cuando los payeses disponíamos de "sa posada", iba de perlas. El contar en la población un lugar como si fuera nuestra propia casa, con habitaciones por si quedábamos a dormir. Con nuestra cama, el ropero con alguna prenda, varias mudas "de devall", calzado. Por regla general se trataba de una casa de planta baja con una gran puerta que a la vez, de no interesar su ampliación para pasar el carruaje, se quedaba en una entrada corriente y normal. En el fondo del patio, un establo para dos cabalgaduras. Hubo un tiempo, que el abuelo dispuso de una galera con un tronco de dos "bísties". Como si fuera hoy escucho los cascabeles, d'en Xulo i en Llunàtic.

Dice Praxèdies, escriba que "l'avi", no siempre les ponía es picarols. Las noches de contrabando, intentaba hacer el menor ruido posible. No tan solo se elegían las más oscuras, sin luna, de hacer un fuerte temporal, era mucho mejor. Menos aquella vez en que las pisadas sobre el fango los delataron. El carabinero en cuestión que estaba al tanto de todo y se había dirigido a la zona de San Antonio en vez de a la des Canutells, le dio un zafarrancho de combate, de no te digo. Bueno… mejor deje estas historias para el invierno.

El día era tan ventoso, que los escasos turistas con que contamos cambiaron la playa por la ciudad. La calle de las Moreras, Cuesta de la Plaza, Nueva y Arravaleta, parecían una película en technicolor. Unos subiendo otros bajando. Las tiendas vacías. Momento ideal para rezar el rosario, sin una interrupción. En todo caso para dar algún precio de algo que no adquirirán. Buenas y adiós.

Me pare a saludar a Inés y Juan Vives. Con sus escaparates tan bonitos, recordándonos los del Ponte Vequio de Florencia. Acogiendo con complacencia, cuanto comentaron del puerto de Mahón. Del desasosiego que se vive desde "s'altra banda", con el juego de luces que últimamente se están prodigando en Baixamar y en el paseo del Port Mahón, las aparatosas claridades blanquecinas que resplandecen "fan mal als ulls" de lo desagradables que resultan las entonaciones de algunos que atentan sobre tonos musicales. Dejándolo por imposible, malos tiempos acompañan a nuestro Baixamar. qui l'ha vist i qui el veu. Pagando a su vez los de la ladera norte.

Al despedirnos, alguien me recomendó que me parara frente a lo que fue la antigua casa Singer. Actualmente, Equivalenza, la marca blanca del perfume, de Eva Juan. Atreviéndome a recomendarles a cuantos lean la presente vean su escaparate. Dos preciosos montajes artesanos al cien por cien, elaborados por Silvia Vivó. Simulando dos edificios emblemáticos de nuestra ciudad. El Ayuntamiento y la Ermita de Gracia, con personajes diversos, todo ello sin pretensiones, pero muy del momento, muy natural dando la sensación que de un momento a otro recobrarán vida.

Fue tal su impacto, que al regresar a casa, me interesé por conocer a su artífice, encontrándome que en Ciutadella, muy cerca de la Contramurada, se encuentra Ca Muare, una nueva filosofía, dar una nueva vida, un nuevo significado a cada pieza. Cada objeto que entra por la puerta de Ca Muare, sale renovado. Creando y haciendo encargos. Ellas son, cuatro mujeres que cada una tiene su cometido. Bernadette Mesquida, y sus abarcas exclusivas. Eugenia Marqués, ayuda a la anterior implicándose con la confección de bolsos, lámparas, haciendo uso de telas tejanas, retazos, pieles, etc. Conxi Gregori, ceramista es la cuarta pieza del rompecabezas. La tercera es Silvia Vivó, que ha logrado que sus trabajos sean famosos en la Isla y fuera de ella. Trabaja en su pequeño taller, en la entrada de su casa, tal cual hacían nuestras madres y abuelas. Elabora figuras con papel, logrando unas piezas coloristas y divertidas de muy diversa temática; trabaja sobre todo, por encargo ya que personaliza las piezas al gusto.

Si me lo permite, un consejo, no se aflija usted por no haber obtenido premio alguno. Lo importante es que su obra esta ahí en Es Carrer Nou, le aseguro que cuantos lo contemplen la habrán de aplaudir. Felicidades.

Y continué charlando con unos y con otros, la calle bullía, saludé a los chicos de la barbería Gomila, sempre tan aguts . Quedamos para el sábado de fiestas para tomar una "pallofa" con sifón. Lo nuestro no es, ni la pomada, ni gin con limonada. Lo mejor es gin, una rodajita de limón y una sifonada, aço és cosa.

Atravesé la calle, otra invitación me esperaba, Juan Estrada, de Philips, hicimos una xerradeta y me fui a descansar a la plaza Real. Bajo una de las sombrillas del bar Degusta.
Lo de Silvia, ha sido un acierto, lograr la antigua cochera del doctor D. Antonio Roca Bofill. Mujer esmerada a la hora de servir, su escuela de hostelería esta presente en cada uno de sus servicios. Las cervezas de Degusta son diferentes, en sus vasos recién sacados de la nevera, sus patatas chips, fuera de sobres, en delicados platos y que más se podría añadir que felicitar a Silvia. Yo no lo veré, pero tiene un futuro esperanzador, su corrección, sus maneras ante su público hablan de ello. Adelante Silvia, te admiro.

Profesionales como tú es lo que precisa Menorca. Hoy por hoy eres de las pocas que sirven a sus clientes portando la bandeja con arte, elegancia y maña, lejos de estas manos con sus dedos que nunca se sabe si están limpios o sucios, depositados en el cristal donde se va a beber.

Dejé la calle Arravaleta, la calle Nueva despidiéndome del casino La Unión, Es Dineret, sus socios, aquellos antiguos clientes del Mesón de la Liga, intentaron invitarme, invitación que como siempre agradecí, pero no disponía de tiempo, varios recados me esperaban. Ir a Blau de la calle de la Iglesia, para adquirir calcetines, pronto deberé calzar las zapatillas deportivas y es calcetins son imprescindibles. A la salida me paré en la tienda de las hermanas Orfila, junto a lo que fue la zapatería de Ca'n Francu, ahora Complements. Enfile la cuesta de la Plaza y una parada ineludible cuando bajo a Mahón, la pastelería Vallés , ahora regentada por un pariente, en Joan des Migjorn, hijo de una prima hermana de mi madre, Maria Pons, la primera mujer que abrió una pastelería en su pueblo. Mujer dinámica que se inició en el oficio a raíz de su inquietud, se propuso ser una más en el oficio y lo logró. Tal como me contó, cada vez que bajaba a nuestra ciudad, adquiría pasteles de aquí y de allá. Al llegar a su casa, se sentaba frente a la bandeja y los iba examinando, los partía por la mitad intentando averiguar sus texturas, hasta lograr descifrar su elaboración.

Y no acabó así el día, al llegar a la finca, un sobre me esperaba con una grata sorpresa, la primera ecografía realizada al fruto que lleva en su vientre mi querida amiga Rosa. Hablar de escaparates, pasteles, pomadas etc. es fácil. Describir lo que se siente al llevar un hijo dentro de tu propio ser, es el milagro de la vida con que Dios nos ha querido bendecir.
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margarita.caules@gmail.com