Grupo Folclórico de Mª Pilar Escandell - Archivo M Caules

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En la entrevista quedó claro, tan solo deseaba que detallara, lo que vivió en su época juvenil dedicada al folclor. Su imperiosa necesidad volcándose a cuanto ello significaba, sus vivencias infantiles al amparo de su familia, "a casa seva, tothom era ben arribat". Si a todo ello, se le añade la amistad con María del Pilar Escandell, profesora y amiga, es fácil entender aquel mundo en que vivió "sa néta d'en Marc es Ferrer de sa Raval".

Pedir disculpas, por el lapsus del pasado lunes, en que llamé a su hermana Marianna, María, al confundir el diminutivo de Mita. Y la fotografía que Lali se encuentra junto a la cisterna, la que pozaba era "n'Escandell".

Añadir, que Lali, "bona ballarina", también destacó como estudiante. Tanto, que no podía quedarse estancada en nuestra ciudad, sus padres comprendieron que debía ir a la Universidad.

Finalizada la época del Instituto, marchó a Barcelona, decantándose por la filosofía. Mientras su novio Gabriel Sintes "al cel sia", lo hacía en la facultad de arquitectura y bellas artes.

Lali, ¿qué destacarías de aquellos años?
Fue una época magnifica. Para poder realizar estudios en Barcelona me ayudó don Juan Hernández Mora.

Una vez en la capital catalana, dejé de bailar. Lo sentí mucho pero la filosofía me llevaba mucho tiempo. Ya no podía estar todo el día bailando, cantando y leyendo novelas como hacía en mi adolescencia. Durante los cinco años que estuve en la facultad fui alumna de Rubert de Ventós, Cerezo, Gomá, Lledó…Intentando no defraudar a mi familia.

¿Perdiste el contacto con María del Pilar Escandell?
Jamás, nuestra amistad era de admiración y cariño mutuo, nacido de la compenetración de alumna y maestra. María era una gran persona, muy humana, siempre a la saga del tema " de l'antigor", siempre interesada en perpetuarla, de ahí que se aviniera tanto con mi madre, que la apoyaba en cualquier inicitiativa, bien fuera vestimenta o decoración.

Lali, siempre pensé, que tu madre habría sido sin duda alguna una gran interiorista como llaman ahora a las decoradoras de hogares, patios, terrazas, sabía darle el toque adecuado a cada rincón, no hay más que observar viejas fotografías para corroborar cuanto digo.
Como te iba diciendo, siempre estuve en contacto con María, cuando venía a la Isla de vacaciones y especialmente cuando acabé la carrera y empecé a trabajar en un instituto.Desgraciadamente coincidió con su enfermedad, vino a Barcelona a la clínica Tres Torres, que en aquellos momentos era una de las más renombradas, pero nada se le podía hacer, la enfermedad se encontraba en una fase muy avanzada. Fue una verdadera lástima, si bien se hizo cuanto estaba en manos de los médicos, la operaron, etc.

¿Os visteis con frecuencia?
Sí. En una de las tandas de radioterapia, vino a vivir unas semanas conmigo. Durante este tiempo tan cercano a su muerte nos hicimos muchas confidencias. Nuestra amistad quedo más consolidada si cabe. Lamentablemente, nada se pudo hacer falleciendo el 20 de noviembre de 1975. Mi madre al comunicarme su muerte por teléfono, me explicó que alguien había depositado una rosa en su regazo. Aquel año, también falleció mi padre. Fueron dos muertes irreparables y muy sentidas.

Mientras tanto, ¿cómo era tu vida?
Como la de cualquier esposa y madre, ama de casa, profesora y a la vez estudiante, jamás deje mis estudios.

Al año siguiente hice oposiciones a instituto y al cabo de unos años accedí a cátedra. Mi vida, desde entonces se centró mucho en la Filosofía a nivel profesional.

Lali, ya sé que no te agrada que te pregunten por tus premios, pero soy consciente que tus paisanos se alegrarán al enterarse de los mismos, ¿qué hay de ello?
En mayo de 2002, recibí el premio Arnau de Vilanova de Filosofía, en lengua catalana otorgado por el Col·legi de doctors i llicenciats en Filosofia, lletres i ciències de Catalunya. Y en octubre del mismo año y en Madrid el segundo premio San Viator a la profesora orientada.

Pero no todo iban a ser premios. Al año fallecía su esposo Gabriel Sintes Seguí, renombrado arquitecto que trabajó a caballo entre Mahón y Barcelona, al que deseo dedicar uno de mis trabajos, una vez enterada de importantes proyectos ejecutados en nuestra ciudad.
Volviendo a tu infancia, ¿qué recuerdos guardas de tu época de estudiante en el Instituto?

Muchos. Especialmente al señor Cardona Mercadal, el catedrático de Ciencias Naturales. Si los lunes coincidíamos por los pasillos del centro solía preguntarme por la actuación del Orfeón Mahonés de aquella semana. Yo le cogí mucho afecto. A raíz de una lección que nos dio sobre las Gimnospermas le regalé un bulbo de Cycas Resoluta. Mi madre, muy aficionada a las plantas, los cultivaba en nuestro huerto. Años más tarde encontré al señor Cardona y me dijo que la Cycas vivía en su patio. A veces imagino que aún pueda estar allí.

En aquella época hice muy buenas amigas. Con Guedi Cardona después de cincuenta años continuamos viéndonos. Ella vive en san Cugat.

A Pili Florit la conocí a los doce años. Yo la quería mucho. Fue maestra, pintaba muy bien y murió prematuramente. Siempre la tengo presente. Otras amigas del Instituto fueron, Juana C. Pons Sales, Magda García, Felisa Franco, Pili Pons…

Cambiamos la conversación interesándome por la vestimenta de los trajes regionales. ¿De dónde procedía tu vestimenta? Debo confesarte, mi querida Lali, que siempre lucías trajes y abalorios muy bonitos.
Los trajes, me los hacía mi madre, ayudada por Isabel. Esta, regentaba un bar en baixamar, con su esposo al que llamaban Pepe. Isabel cosía por las casas, a precios módicos, lo que permitía poder aprovechar algún retal o prenda en desuso. Uno de los mas bonitos que tenía era en color amarillo "or vell" imitando los auténticos "els antics".
Con un cúmulo de paciencia lo fui bordando, trabajo que realicé, siendo una niña.
Por cierto, en la fotografía que salió la semana pasada, el rebosillo que llevaba María Escandell, era mío, nos solíamos cambiar las ropas, sombreros… "Açò era lo guapo".

La mayoría de trajes se confeccionaban con telas de tapicería, debido a su textura quedaban mejor, principalmente las faldas evitando las enaguas tan almidonadas.
Margarita, debo confesar que no entiendo mucho de indumentaria, pero sí te diré que "es cosset" más práctico que tuve fue uno en color negro de punto, muy adaptable a la vez que muy fácil de llevar, después de las actuaciones se lavaba y secaba sin problemas, al contrario que los tejidos antiguos siempre más delicados, con la particularidad que al ser antiguos, se propiciaba su desgaste. Uno de ellos había sido de mi abuela materna.

En cuanto a la ropa interior que usé, en especial "es culots" provenían de mi abuela paterna, s'àvia Marianna, eran del siglo XIX . Precisamente de ella guardo una capa, corta que las señoras usaban para ir al teatro. es un primor bordada, "en granets". Ahora se consideraría artesanía pura.

Infinidad de veces posamos para fotógrafos, aprovechando el cambio de indumentaria, al vestirnos de payesa, usábamos los de "Coros y Danzas", no teníamos impedimento alguno ya que a pesar de que ninguna de nosotras pertenecíamos al grupo, éramos discípulas de Mª. del Pilar y se los prestaban, incluso los estrenamos. Siempre pensé que no eran los adecuados para los bailes conocidos por los lanceros, que tenían lugar en salones.

¿ Qué ha sido de toda esta vestimenta, me refiero a la tuya ?
Todo, todo lo guardo, incluso pequeños detalles y por supuesto la trenza, postiza, que llevaba envuelta en cinta.

Nos despedimos, pero sin duda volveremos a contactar, al final de la charla me comentó que su hijo Marc, estudia Bellas Artes y dibuja, mientras que Cristina es psicóloga.
Actualmente está en Londres, allí además de practicar inglés y trabajar, asiste a clases de ballet, disciplina que estudia desde los cuatro años. Fue lo único que mi querida Lali no pudo hacer, la danza clásica. Por el contrario pudo ser infinidad de veces muy aplaudida en sus numerosos papeles en que fue requerida. Una auténtica orfeonista e importante folclorista.

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margarita.caules@gmail.com