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Ha costado más de lo previsto organizar este año las visitas guiadas al Lazareto, sobre todo por la cuestión del transporte en barca. La solución de los catamaranes cobrando una entrada enfoca la gestión más al turismo, que es una prioridad. La buena comunicación entre el Consell y el Ministerio abre la puerta a nuevas iniciativas mientras se espera el posible convenio de cesión a la administración insular. El monumento del Lazareto lleva ya dos veranos sin los médicos que lo disfrutaban. Se terminó con un privilegio de los funcionarios pero se alentó el riesgo del abandono. De entrada, es positivo que el Ministerio de Sanidad no haya prescindido de un equipo de doce personas que se dedican a mantener el recinto en perfectas condiciones. La inauguración de las visitas guiadas ha demostrado una vez más el alto interés que tiene el patrimonio histórico de Menorca. No tanto por el número de visitantes, que debería incrementarse, sino por la calidad de la oferta. Este turismo cultural tiene una excelente oportunidad en el puerto de Maó, donde se encuentra el paisaje de capítulos históricos que lo convierten en un referente del Mediterráneo. Los menorquines debemos darle valor y conseguir que los visitantes lo aprecien.