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Wow! Hacía tiempo que no veía a una mujer así. Creía que había pasado a la historia del costumbrismo del país pero veo y siento que aún hay hombres y mujeres como la que me crucé el otro día por el Passeig Marítim. Iba metida en mi bufanda de lana para resguardarme del frío a medida que me adentraba en la oscuridad de las siete de la tarde, donde solo clareaba en diferentes puntos por las altas farolas, cuando veía como se aproximaba un perrito, raza chiguagua, y recorriendo su correa extensible llegué hasta parte de una mano. Pertenecía a una señora enfundada en su bata de algodón azul, la de andar por casa, que cubría su pijama de franela. Volví a ver el chiguagua blanco que competía en carrera con las pantuflas de la señora. Y por supuesto su pelo moldeado, aunque reconozco que me hubiera gustado verla con un pañuelo envolvente de rulos, para lucir el peinado a la mañana siguiente.

Quizás lectores jóvenes no hayan visto esta imagen nunca, pero soy de una generación que aún llegó a ver a estas señoras ir a la panadería de esta guisa. En mi barrio, en los 90, siempre coincidía por las mañanas muy temprano con ellas -mi madre me enviaba a comprar las primeras barras de pan horneadas, preferentemente no muy tostadas-. Mientras las panaderas despachaban a la clientela matutina éstas venían con sus bolsas de tela y podían pasarse bien, bien ... tres cuatros de hora dándole a la sin hueso. Otras veces, cuando viajábamos a ver a mi abuela a su pueblo castizo, me enviaban también muy temprano a comprar el pan. Esta vez, venía la furgoneta blanca del panadero a las casas a una hora determinada, éste abría la parte de atrás de la furgo donde moraban las barras en las bolsas de rafia blanca, -allí se llaman pistolas-, y pedía ocho pistolas entre señoras con batas de todos los colores. Ahora ya han pasado unos veinte años de aquello y lo hubiera desterrado de mi mente si no me hubiera cruzado con esta señora del Passeig Marítim de Mahón.

Quizás al responsable de diseño de Louis Vuitton le ha pasado lo mismo, ha coincidido con esta mujer de bata de algodón azul para sacar la colección 2013 a la calle, pero dándole un aire más sofisticado a las prendas del sueño pues pretende vestir a las mujeres de este tiempo para cualquier hora del día con pijamas, batines de lazada cruzada, tops de seda y encaje, batas. Es el último grito en moda, ni los hombres se escapan. Así que si usted se acerca a comprar el pan y se encuentra señoras y señores con pijama, puntillas de encaje, batines y batas no se asuste, es tendencia.