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Los presidentes de Balears, Valencia y Murcia mueven ficha para reivindicarse una posición conjunta -un lobby siempre tiene más fuerza que las actuaciones por separado- ante la revisión del sistema de financiación autonómico.

José Ramón Bauzá, Alberto Fabra y Ramón Luis Valcárcel, integrantes del arco mediterráneo del PP, modulan discurso propio con el que reclaman un modelo «centrado en las personas en lugar de los territorios», inspirado en el principio de suficiencia financiera. O sea, cubrir la totalidad del coste de la sanidad, la educación y los servicios sociales.

Rajoy deja espacio para esta reclamación, mientras Cataluña libra la batalla del proceso soberanista, lo que permite esta insólita alianza Balears-Valencia-Murcia, el arco mediterráneo del PP. La declaración conjunta es contundente cuando los tres presidentes no ahorran calificativos al «exigir un nuevo modelo de financiación más justo y equitativo, menos opaco y discriminatorio». José Ramón Bauzá ya había advertido que el problema de Balears no es de déficit, sino de financiación. El actual sistema es tan injusto y que durante el periodo 2009-2014 las islas han registrado una pérdida de 1.135 millones de euros en ingresos.

Durante estos últimos cuatro años, los 7,7 millones de habitante de las tres comunidades han recibido menos recursos en relación a la media del conjunto del Estado. Balears es una de las autonomías con menor presupuesto por habitante, resultado de un modelo financiero que castiga y sitúa al archipiélago a la cola de España.

La reclamación de mejora exige también incrementar las inversiones del Estado en Balears y que se hagan públicas las balanzas fiscales, perdón cuentas públicas territorializadas, para conocer el déficit histórico que arrastramos. En el caso de Balears, Bauzá cuenta con un argumento añadido: los sobrecostes de la insularidad, que también deben compensar los Presupuestos Generales del Estado.