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Entre el fragor de la gran controversia y el ruido del debate que no cesa, suscitado en torno a las fiestas de Sant Joan de Ciutadella, que marcarán un antes y un después para la historia santjoanera, ha pasado desapercibida una decisión de extraordinaria relevancia en la política municipal de Maó.

El Ayuntamiento de Maó, con discreción pero gracias a una eficaz gestión económico-financiera, ha salido del «plan de ajuste» que aprobó el Ministerio de Hacienda y, por tanto, se libra del control del Gobierno sobre la hacienda municipal.

Esta decisión ha consistido en el pago de tres millones de euros, o sea 500 millones de las antiguas pesetas, pendientes de amortizar, correspondientes al crédito que recibió el ayuntamiento mahonés con el plan de ajuste del ministro Montoro para pagar a los proveedores, asfixiados por las administraciones. Las cantidades pendientes de pago afloraron al principio de este mandato y descubrieron situaciones dramáticas.

Al adelantar la liquidación de este crédito, además de ya no estar bajo la tutela del Ministerio de Hacienda, el Ayuntamiento de Maó se ahorra en concepto de intereses 667.267 euros, que suman 110 millones de pesetas, según la implacable calculadora de Salvador Botella. La devolución del préstamo estaba prevista hasta el 2022, pero este año ya ha quedado cancelado.

El equipo de gobierno de la alcaldesa Agueda Reynés, que no pudo dedicar el superávit de 2013 a inversiones, tiene ahora las manos libres para, durante el último tramo del actual mandato, aplicar una nueva política en materia económica y tributaria. Los resultados se conocerán antes de mayo del 2015 al poder destinar más recursos a actuaciones e inversiones, y, lo que sin duda van a agradecer los mahoneses, una reducción de la presión fiscal municipal.