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Los ciudadanos de los llamados países occidentales sufrimos un bombardeo constante de propaganda. Los anuncios comerciales aún los podemos limitar o evitar observarlos. Pero está la propaganda más sutil y constante que el sistema político ejerce sobre nosotros, esa es más difícil de evitar.

En España, dada la crisis de credibilidad de los políticos, estos en vez de escuchar a la población y enterarse de lo que el pueblo quiere, han reaccionado aumentando su propaganda. Los que eran los dos grandes partidos, aunque ahora es imposible saber si siguen siendo grandes, están luchando para sobrevivir y seguir agarrados al poder. Están en plena campaña de recuperación del electorado sin que parezca que sepan que hacer.

Los del partido en el poder nos siguen ofreciendo la gran lista de sus llamados éxitos, pero no hacen nada para limpiar partido y gobierno de corruptos. Cada día siguen saliendo historias que te dejan boquiabierto. Ellos simplemente las niegan y siguen adelante. En vez de tomar medidas serias para eliminar los problemas, nada se hace. Pero la propaganda sigue y resulta que España ha salido de la crisis y tenemos una recuperación económica espectacular.

¿Y el otro partido? De momento ha cambiado un calvo por un jovencito guapo y con eso parece que creían que sería suficiente. Sí, se les oye hacer muchas afirmaciones importantes que nada dicen. No hemos visto propuestas concretas para combatir la arraigada corrupción ni planes económicos que puedan revitalizar el país.

Eso sí, unos y otros se culpan de los problemas, se insultan mutuamente con el acostumbrado «y tu más», aunque parece que entre bastidores hablan de posible cooperación para seguir repartiéndose el pastel.

2 Mientras, los antiguos partidos menores, los llamados nacionalistas aparte, se están disolviendo sin que parezca que sepan el porque. Tampoco parecen ser capaces de dar alternativas.

Naturalmente está Podemos. Podemos está emergiendo con fuerza propulsado por el cabreo básico de los ciudadanos. El que sea partido de gobierno en algún momento está aun por ver. La fuerza con que emerge se nota por las continuas críticas de toda la prensa nacional. Esa prensa que se ha mostrado tan tolerante con los llamados grandes partidos, ahora solo busca razones para atacar a Podemos. Es sorprendente que prensa que consideraba relativamente independiente, en este último año se muestra dispuesta a tratar con suavidad al gobierno, pero por otra parte ataca sin piedad a esa nueva emergente organización.

Hace pocos días Félix de Azúa en «El País» acusaba a los dirigentes de Podemos de ser profesores de Universidad y decía: «Están allí acomodados como Blesa y sus chicos en Caja Madrid. La Universidad es su finca y nadie se atreverá nunca a limpiar esos establos». Curiosa acusación, Blesa y compañía fueron nombrados por políticos para uso cargos sin un mínimo requisito de competencia. Si los de Podemos son profesores de Universidad ciertamente han pasado unos mínimos requisitos profesionales, llevan ejerciendo como tales unos años y no creo que la Universidad les haya dado tarjetas negras. Pero así funciona la propaganda.

La cuestión es si la propaganda ganará sobre la realidad. Esto es difícil de saber. Pero efecto sabemos que tiene. En este sentido me viene a la memoria un experimento que hace poco se hizo en Moscú. Una compañía anunciadora lanzó un proyecto de anuncios en camiones circulando por la ciudad. Para ello lanzaron una campaña en la que los camiones llevaban una gran foto de los pechos de una mujer. La campaña no duró más de un día. Tuvieron que interrumpirla ya que solo en ese día se habían producido 517 accidentes de trafico debido a distracciones de los conductores mirando los anuncios.

¿Tendrá el mismo impacto la propaganda política? No sé, pero un camión circulando con una foto de Rajoy no creo que tuviera el mismo efecto.