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Creo que fue Enrique Jardiel Poncela quien dijo que la vida fácil suele ser la más difícil. Pero creo que a todos se nos antoja fácil la vida de los demás y difícil la nuestra. Hoy en día no somos nada sin la electricidad, basta con apretar el interruptor y ya tenemos luz, calor, puertas automáticas, internet y muchas otras cosas. Sin embargo, cuando alguien aludió a los fracasos de Thomas Alva Edison previos a la invención de la bombilla, él dijo: «No fracasé, sólo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla». Fue el mismo que dijo que el genio es un uno por ciento de inspiración y un noventa y nueve por ciento de transpiración. También dijo que las personas no son recordadas por el número de veces que fracasan, sino por el número de veces que tienen éxito. Es lo contrario de lo que ocurre con las noticias, parece que sólo interesan las malas noticias, que nadie se fija en las buenas. En cambio, sólo envidiamos el triunfo de los demás, nunca sus trabajos. Y nos parece que los que triunfan lo han tenido todo fácil. No vemos las horas de entreno de los atletas que ganan medallas, sino el momento de recogerlas en el podio. No vemos el sacrificio de toda una vida de privaciones que tuvo que llevar uno de esos pintores cuyos cuadros se cotizan por millones después de muertos, sino los millones. La gente suele decir, escribes un libro, pintas un cuadro, cantas una canción y te forras; no tiene en cuenta que a lo mejor escribes un sartal de libros, pintas mogollón de cuadros, cantas infinidad de canciones y no te forras nunca. Cierto, la vida fácil es la más difícil.

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En las películas, sin embargo, todo es mucho más fácil. En una pelea suelen estropearlo todo y zurrarse la badana sin que llegue a pasar gran cosa. Qué fácil resulta pasar a través de un vidrio en una película, o que te rompan una silla en el espinazo y quede hecha astillas. Prueben a traspasar la ventana sin abrirla, o a desmontar un taburete de una patada… No, mejor no lo prueben. Prueben a saltar un puente sin bajarse del coche. Supongo que nos lo pintan tan fácil por esa tendencia que tenemos a considerar fáciles los logros de los demás. A lo mejor porque tendemos a soñar cosas imposibles y a creérnoslas. La vida es fácil, amigo mío; lo dicen todos los libros de auto-ayuda. Si no me cree baje al quiosco y compre un billete de lotería: mañana será rico. Usted tiene una buena historia que contar, la mejor de todas las historias posibles; escríbala y mañana será famoso.