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Ejemplo de superación y de lucha contra la dependencia, activo defensor de la autonomía personal y deportista que practicaba varias modalidades, Diego Lastra falleció, a los 40 años, el sábado en el Baztan Abentura Park de Navarra. Su trágica muerte, acaecida tras fallar una atracción -el péndulo- que no funcionó correctamente ha provocado una honda impresión entre sus numerosos amigos de Menorca.

Diego y sus padres -Rosa y Pepe- residieron aquí durante más de diez años. Conocían, querían y se integraron con voluntad y ganas en Menorca, que descubrieron como el mejor espacio para sus vacaciones de verano. Durante su estancia entre nosotros se ganaron, por su simpatía y capacidad de relación, un gran número de auténticos amigos.

Listo, dinámico e inquieto, licenciado en Derecho, Diego trabajó en el Consell insular. Nunca permitió que su discapacidad -provocada por una parálisis cerebral- fuera un obstáculo para desarrollar una actividad diaria similar a la de cualquier otro ciudadano sin limitaciones. Sus padres nunca pusieron dificultades, al contrario, propiciaron que viviera con plenitud como todos los jóvenes de su edad.

Cuando, por circunstancias personales, retornaron a su Getxo natal, muchos menorquines lamentaron su partida. Ellos nunca se recuperaron de esta separación. Diego ha perdido la vida cuando practicaba un deporte de riesgo, un reto más de los que afrontaba con coraje, como los deportes de nieve que había iniciado y también la pintura. Siempre dando ejemplo a favor de los derecho de los discapacitados.

Con este pequeño homenaje a Diego Lastra, siempre discreto y amable, también recordamos a su padre, Pepe, colaborador de MENORCA «Es Diari» con una acertada crítica gastronómica. Nos quedamos con vuestro ejemplo y valentía.