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Según los neurocientíficos tenemos cien mil millones de neuronas y se estima que las conexiones entre ellas rondan los 200 billones, sí, billones con b, no es una errata. Ante estos datos tan contundentes la pregunta lógica que a uno le viene a la cabeza es: ¿qué puñetas están haciendo con sus neuronas algunas personas? Veamos algunos ejemplos.

Ejemplo uno, los listillos de Volkswagen que se curraron un sistema súper sofisticado para ahorrarse dinero en el control de emisiones, sin importarles un carajo toda la mierda que echaban a la atmosfera, según Greenpeace sus emisiones han podido matar a más de 10.000 personas. Hay que estar tarado, me imagino ese consejo de administración de ejecutivos bien perfumados y traje italiano, donde uno dice: «eh, chicos tengo una idea brutal, truco lo de las emisiones, a la atmosfera que le vayan dando, y nos repartimos unos billetes en dividendos». Y todos coreando al unísono: «eres un crack, eres un crack». Pero no se preocupen se hará justicia, el presidente de la marca, el honorable y ético Winterkorn, ha dimitido y solo le han dado 30 millones de indemnización, que sepa lo que es pasar hambre.

Ejemplo dos, las famosas que se hacen el aumento de pecho llamado de las 24 horas. Al parecer es la última moda en Hollywood y alrededores, antes de un evento importante, de esos que hay cuatro al día en la ciudad de Los Ángeles, el cirujano plástico Noram Rowe les inyecta vaya usted a saber el que, y el pecho les sube unas tallas para después deshincharse de nuevo, espero que no sea helio, el resultado sería muy inquietante.

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Ejemplo tres, un presidente del gobierno que va a una entrevista en la radio y el periodista le tiene que explicar quien conserva y como la nacionalidad española y europea, y cuyas frases más recordadas serán «son unos hilillos de plastilina» para referirse a una de las mayores catástrofes medioambientales, y su reciente «un vaso es un vaso y un plato es un plato» para explicar algo que solo debe entender él mientras se fuma un purito y se lee el «Marca». Así es don Mariano para él «it´s very difficult... todo esto». Este caballero solo esta cómodo en estado plasma, o en entrevistas del tipo «masaje en la espalda y lo que surja» como la que le hizo don Carlos Herrera.

Estarán conmigo queridos lectores, que estos ejemplos muestran lo que es tirar neuronas sin sentido. Ahora bien, ustedes podrán pensar que cada uno usa sus neuronas como le da la gana, y que quien soy yo para estar criticando el uso que se haga de ellas y de sus conexiones. En casos como el del segundo ejemplo tengo que darles la razón, cualquier acto, por absurdo que nos parezca, si solo afecta a la persona que lo comete, debemos respetarlo. Sin embargo en el primero y el tercero, cuyos actos afectan directamente a terceras personas, sí que tenemos el derecho, incluso la obligación, de solicitar un buen uso de las neuronas poniéndolas al servicio del bien común y no del beneficio egoísta y deshumanizado de unos poquitos. Lo otro sería sumisión, y de eso ya hemos tenido demasiado.

Puedo hacer el esfuerzo de tratar de entenderlo todo, pero de lo que no me a va a convencer nadie es de la aberración que supone echarle kétchup al jamón serrano, eso denota no ya una número muy pequeño de neuronas, sino sencillamente la ausencia total de la mismas por más que digan los neurocientificos. Si tienen a bien, seguiremos compartiendo letras cada miércoles...perdón que ahora será los jueves, ¡malditas neuronas!

conderechoareplicamenorca@gmail.com