TW

Menudo país. Hace siete días la libertad se veía otra vez machacada por la barbarie, por la sinrazón y aquí nos preocupaba más la última declaración del pedorro folclórico de turno. El viernes ni Telecinco ni Antena 3 cortaron su emisión para conectar en directo con el epicentro de la masacre. No hizo falta –pensó algún lumbreras- porque era más importante la mierda que se estaba explicando en «Sálvame» que ver como el mundo se va al garete. Y, lo que es peor, ni protestamos.

El sábado me enfadé mucho. Confío en que las cadenas no tenían recursos para cubrir correctamente lo que estaba pasando, que los recortes de periodistas que dan seriedad al canal intentaron justificar este fallo. Me niego a pensar que hubo alguna mente lúcida que decidió seguir con la programación habitual porque lo que ocurría en ese país que tenemos tan cerca no era más importante que la película, que la ración de farándula que nos idiotiza cada día o lo que tuviera que decir Jorge Javier Vázquez. No nos considero tan miserables, aunque dudo.

Noticias relacionadas

No faltarán –gracias a esas mismas mentes- conexiones en directo esta tarde para que nos digan que todo está tranquilo en el Madrid-Barça –Ojalá, recursos carísimos para mostrar que no hay noticia. Porque un ejército de pirados en potencia se puede cargar a más de 160 personas en Francia pero lo que no permitiremos es que su fanatismo obligue a cancelar el gran súper clásico del copón. Por ahí no pasamos. No señor.

Somos imbéciles, así en general, en plan especie. Tanto por los que condenan atentados de forma selectiva, como si hubiese distintas muertes, así como los que deciden mantener la telebasura en pantalla en lugar de explicar la barbarie. No se queda lejos el genio que anuncia que para combatir el terrorismo se endurecerán las penas de cárcel, como si eso le fuese a importar a alguien que sabe que va a terminar inmolándose en mitad del caos. ¿Qué haremos entonces? ¿Recoger los restos del terrorista para ponerlos en un tarro en plan conserva y tenerlos a la sombra 25 años más? Claro, se deben estar cagando de miedo. O partiendo de risa. No lo sé.

La palma es para el que está convencido de que el Ejército no hace falta, que no hay que invertir en Defensa. Que si los yihadistas aparecen por el barrio les repeleremos con manifestaciones pacíficas, piruletas, besos y un escuadrón de unicornios del amor. Esta gente ha sido capaz de sembrar el caos en una de las capitales del mundo con mayor margen de recursos en defensa, aquí al lado. Esa es la fortuna. ¿Qué hubiese pasado si la escena se hubiese dado en Maó? 160 sonaría a poco.