La nueva política. Pere Vicenç, en Ara Balears, plantea la renuncia-saga fuga de Esperança Camps como ejemplo de la 'nueva política'. Aporta este 'Més connection', en el que falta Mateu Martínez ,y afirma que «aún es el momento que se haga una narración coherente sobre los hechos».

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Cinco meses después, la historia se repite. Los partidos de las izquierdas menorquinas –no singularicemos- vuelven a evidenciar su incapacidad para cerrar un acuerdo al Senado. La candidatura unitaria que jamás existió. Por segunda vez, se frustra la opción de Marga Benejam, que transitó desde el periodismo al Fons Menorquí de Cooperació.

Para Més per Menorca, y también para el PSOE-Menorca, la culpa vuelve a ser de Madrid, o sea, las direcciones nacionales de Podemos y del PSOE, al vetar lo que se intentó en Menorca. Sostiene Més que «Podemos ha dinamitado el acuerdo para la unitaria unitaria de izquierdas que podría haber ganado al Senado», pero el PSOE ya no acudió a la reunión del jueves. En cambio, una atribulada Mae de la Concha, que no comprende cómo es posible que «los compañeros de Més ya no respondan a mis llamadas», subraya la generosidad del partido morado a favor de la lista conjunta que no pudo ser. Porque, según De la Concha, son Més y EM-EU quienes han rechazado las propuestas de Podemos. Reproches mutuos. Según Podemos-Menorca, «aquí tiraron la toalla a las 7 de la tarde [del viernes], convocando una rueda de prensa para cerrar cualquier posibilidad, allí [en Mallorca] seguían negociando… ¡con éxito!».

La nueva política. Pere Vicenç, en Ara Balears, plantea la renuncia-saga fuga de Esperança Camps como ejemplo de la 'nueva política'. Aporta este 'Més connection', en el que falta Mateu Martínez ,y afirma que «aún es el momento que se haga una narración coherente sobre los hechos».

Para Més, era 'intolerable' e 'inaceptable' el reparto 52-24-24 como fórmula de voto ponderado en la toma de decisiones, que el logo de Podemos luzca más que el de los demás y que el senador posible no tenga voto en la comisión de seguimiento. Quienes gobiernan juntos en las instituciones insulares se tiran los trastos a la cabeza cuando llegan las elecciones generales. Un clásico de la política menorquina. Resumen: todos disgustados, atribulados y muy apenados.

Este vodevil, que estaba claro acabaría como el rosario de la aurora, ha aportado episodios pintorescos como la luminosa 'encuesta urgente' de Podemos-Menorca, tan abierta a todos y a todas que hay quienes votaron ocho veces, desde distintos dispositivos, con respuestas diferentes, naturalmente.

Canarias también reclama

Las peticiones de Balears para obtener la tarifa plana en los vuelos interinsulares moviliza a Canarias. El presidente de aquel archipiélago, Fernando Clavijo, exige a la ministra en funciones, Ana Pastor, el mismo trato para sus vuelos interislas. Es una vieja reclamación, como lo confirma la proposición no de ley, presentada por la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas, que aprobó el Congreso el 13 de abril para solicitar la tarifa plana en los vuelos entre las islas atlánticas. Marc Pons ha cuantificado en 10 millones de euros el coste de la tarifa plana para Balears. ¿A cuánto asciende en Canarias?

Instituto de Alaior

En el Instituto de Secundaria de Alaior se está librando una batalla entre los candidatos que optan a la dirección del centro: el actual director, Paco Pons Olives, y el antiguo jefe de estudios, David Font Mampel. Dos viejos amigos que jugaban al pádel, hoy enfrentados en lo personal y en lo profesional. La batalla ha entrado en el claustro, dividido entre los partidarios de uno y otro. La campaña electoral, a cara de perro, incluye la difusión de una nota sobre el cambio de horario para el próximo curso que pide a los alumnos las preferencias entre Pons Olives y Font.

Menorquines de Maó

Jaume Gomila, director general de Cultura con Esperança Camps y con Ruth Mateu, responde en Mallorca que «esto es una persona o dos, porque el problema es que no me conocen», al ser preguntado por los intentos de vetarle en Més porque no se puso la camiseta verde contra el TIL. «Es cierto que la consellera de Cultura en Menorca era del PP cuando se me nombró director de la Biblioteca de Maó», explica. «Pero no fui el único que no era de su partido. Tampoco lo eran la coordinadora científica del IME, Fina Salord, y la directora del Museo, Carolina Desel, de ERC». Para evitar problemas, sostiene Gomila: «tengo el carné [de Més per Menorca] desde 2005 y si hubiera cometido algún acto contra la cultura catalana me habrían expedientado». Admite que no se puso la camiseta verde, el símbolo más identitario de Més, «pero me curré un Erasmus+ con el que nos dieron 25.000 euros para la Escola d'Adults, que fue el único centro de Balears que lo consiguió. ¿Acaso no es eso innovación educativa». Revela que «me he callado mucho porque no me gusta entrar en temas estériles» y remata, como alumno aventajado de Andreu Murillo: «los menorquines de Maó tenemos algo muy británico y eso aquí [en Mallorca] no se entiende». Poco se ha callado, porque ¿y los menorquines que no son de Maó?

PREGUNTAS DE LA SEMANA

¿Quiénes ya habían sacado billete para desplazarse el viernes a Palma y registrar la candidatura ante la Junta Electoral?

¿Qué papel ha desempeñado Cristina Gómez para volver a aliviar las tensiones entre Podemos y Més?

¿Quién sugirió a Mae de la Concha que organizase una consulta telemática para desbloquear la participación de Podemos en la lista conjunta?

¿Cuándo decidió el Govern aplazar al próximo curso la decisión para las aulas de la escuela de Es Migjorn Gran?

¿Por qué hay sumas que restan?

¿Cuándo redactará la dirección general de Patrimonio del Govern el informe sobre la situación del antiguo hospital Verge del Toro?