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Pacientes en el trabajo y amigos en la calle o en la red (correo, simplemente) me preguntan invariablemente, què trobes? sobre los resultados electorales. Aunque a la mayoría los conozco bien y sé a qué lado cargan, no me hace falta estudiar su gestualidad para orientarme antes de explicarles mis especulaciones, no quiero conflictos. Con los meramente conocidos 'de cara' y poco más, sí me fijo en su gesticulación ('postureo' creo que le llaman hoy día). Si escucho fuuuu!!!, acompañado de sacudida de mano arriba y abajo y su subsiguiente posado en la frente en señal de migraña, resulta inequívoco: no están contentos.

A otros se les ve con una sonrisa taimada y con «El Mundo», «ABC» o «La Razón» bajo el brazo (este último un tanto camuflado, es demasiado explícito, casi pornográfico). No hace falta investigar nada. Están encantados de la vida y parecen querer decirte ¿qué te creías? Muchos de ellos ocultaron su voto en las encuestas a la salida de los colegios electorales entre otras cosas porque era (y es, a pesar de todo) poco glamuroso votar al partido de un presidente tan poco sexy como Rajoy y con la carga de corrupción que arrastra. O a otro partido antiguo como el socialista clásico, también con cargamento indeseable, pese a la guapura (insulsa) de su líder.

Pero hay otros que se han quedado groggy y son los nuevos, los que venían a renovar el sistema, y los ves mohínos, incrédulos, como sonámbulos, después de tanto ejercicio de contorsionismo ideológico. También andan en recuperación los atildados ciudadanos después de culpar al árbitro de la derrota (la ley electoral) y de que buena parte de los votos que les había prestado el conservadurismo crítico con Rajoy, haya vuelto a la casa madre, para defenderla del asalto de los radicales y extremistas.

¿Y por qué ha sucedido todo esto? Aquí cada cual diu sa seva, la elucubración es libre, los datos tozudos. Como que la derecha sigue siendo monolítica (¿la mayoría natural de Fraga por fin materializada?), y que la macro corrupción de su partido no parece disuadir a sus votantes. Ni por supuesto la desigualdad galopante, ni la deuda pública desbocada, ni la caja de las pensiones notablemente esquilmada en la última legislatura, ni la clamorosa ausencia de política exterior (ahora parece que tienen un plan: evitar que Escocia siga en la CE), ni el peligroso enquistamiento del problema catalán (relacionado con Escocia, obviously), ni las recientísimamente desveladas actividades mafiosas de su ministro del interior… Necesito ayuda para responder al apremiante què trobes y acudo, como los niños, al rincón de pensar.

Y el ullastre, después de arroparme con su follaje, me susurra que hay algo que ha influido poderosamente en este rebrote conservador y es la reacción defensiva, de orden versus aventuras, ante el peligroso ejercicio circense de los británicos con el 'brexit' que los españoles han percibido como algo muy cercano, peligroso, y contagioso, por lo que valía la pena hacer piña. Voto emocional, diría, desde mi condición arbórea.

- Pero si el 'brexit', lo han perpetrado gentes de la derecha nacionalista más rancia, no la izquierda -le replico.

- Aunque a veces muestre ramalazos-me contesta-, poco tiene que ver nuestra derecha con la británica de Nigel Farage, o la francesa de Marine Le Pen o la norteamericana de Donald Trump, que están realmente enloquecidas… Ahí están los peligros de Europa y del mundo, no en el aparentemente pasmado Rajoy (tipo corriente y previsible para sus adeptos), que nunca hubiera propiciado algo así. Y piensa que la conmoción post brexit ocupó los tres últimos días de campaña, cuando los indecisos estaban deshojando el trébol.

- Pues ahora que lo dices… Pero es difícil de tragar que la nauseabunda corrupción acabe indultada por las urnas.

- La derecha nunca ha sido tan tiquismiquis como la izquierda en este asunto. Los corruptos son unos h. de p. pero son nuestros h. de p., piensan, miran para otro lado, echan tinta de calamar (lo del ministro Fernández Díaz es paradigmático), se ponen una pinza en la nariz y les votan de nuevo.

- ¿Y el PSOE, oh ullastre sapientísimo?

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- Bastante ha hecho taponando vías de agua y conteniendo el sorpasso. Ahora tiene que reconstruir un proyecto socialdemócrata creíble al tiempo que ofrece una salida política al asunto catalán que mucho me temo no se dé nunca en la constelación pepero/ciudadana que se avecina… O sea que lo tienen crudo.

- ¿Ese será el pacto de gobierno, PP/Ciudadanos?

- Debería serlo, con nacionalistas vascos, canarios, etc.

- ¿Y si no se da?

- El PSOE se abstendrá in extremis por orden de su sanedrín.

- O sea, ullastre sapientísimo, que habrá gobierno.

- Habrá fumata azul-naranja con mechas.

- ¿Y el año que viene el Real Madrid de nuevo campeón de Europa?

- Hay aguas que siempre vuelven a su cauce natural, amigo. Toma valium.