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El otro día el colegio de mi hija mandó una circular a los padres de infantil para que asistiéramos a una clase de Hara. Esta clase la hacen nuestros hijos en el centro, ya nos la introdujeron al inicio de curso de que esta asignatura era una novedad. La curiosidad me invadía. Sabía de antemano que era una palabra japonesa, que significa vientre, y mediante el ejercicio vas en busca de tu interior. Por curiosidad periodística lo que quería saber es cómo hacen para que los más pequeños de dos años y en adelante entren en este equilibrio físico, psíquico y espiritual de la persona.

A la hora acordada me impresionó la respuesta de los padres, más de diez personas asistimos. Se respiraba compromiso. Una vez en la sala que estaba preparada para nosotros los adultos -vela e incienso-, una luz natural tenue jugando con las cortinas. Nos descalzamos, nos pusimos cómodos y entramos en el Hara. Esta disciplina la trabajan como novedad en La Salle. Fantástico Hicimos tres juegos, unas fotografía identificarte y explicarla; escuchar la isla de los tesoros que son tus valores; y el hijo rojo que puede tensarse y enredarse pero nunca se rompe, es lo que nos une. A los niños nos explicaron que reducen el ejercicio según la edad del niño. Pero lo interesante es la puesta en escena de esta iniciativa, porque es más fácil educar, criar niños fuertes que reparar adultos rotos.

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Vuelvo a insistir en la misma idea -columna tras columna-, construir unos buenos cimientos a nuestros hijos, darles las herramientas necesarias para que cuando lleguen a edad adulta se vea reflejado en su rostro la felicidad, de haber tenido una infancia donde sus padres y la escuela han hecho equipo en cuidar su 'yo'. En darse valor a su persona. En cuidar su interior para ir creciendo en seguridad y llegar a una edad adulta donde la vida que construyan le sea un poco más fácil.

Me parece una buenísima iniciativa que se practiquen estas disciplinas y que los padres tengan la curiosidad de saber qué es. Y si después tiene la sensibilidad de ponerlo en práctica en casa mucho mejor. No es cuestión de ponerse en flor de loto y decir ooomm! es buscar un momento del día y encontrarnos como seres individuales y dar nombre a nuestras virtudes y valores. Nosotros los adultos lo tenemos aunque las prisas no nos dejen verlo. Y los niños por descontado que lo tienen. Así, que si encontramos un momento del día para saber que tesoros tenemos dentro de nuestro ser pues mucho mejor nos irá en la vida. Está demostrado que si crees en ti mismo, creces exponencialmente y eres capaz de crear cosas, o momentos maravillosos por una sociedad mejor.

@supervanfamily