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¿Se acuerda de su primer cumpleaños? ¿Cómo iba vestido, si le hicieron tarta, si estuvo con toda la familia? ¿Conserva algún documento gráfico que le acompañe para recordarlo? Pues todo lo que acabo de decir me viene bien para dar significado a una moda que dentro de poco se extenderá por toda la Isla. Es el smash cake, que literalmente significa «aplastar la tarta». Una amiga periodista y pastelera me cuenta que tiene muchos pedidos entre ellos un smash cake, y que le da pena que le destrocen su trabajo. No entendía nada. siguió hablado y la tuve que parar para que me explicara qué era eso. Es hacer una súper tarta recubierta al rico frosting del color que tú elijas, para después ver como la destroza un inocente bebé. La acción transcurre ante una cámara, es el reportaje del primer año de vida del pequeño. Parece ser que surgió hace 10 años, muy practicado por los latinoamericanos. Según el presupuesto se hace una tarta pequeña para el homenajeado y otra para los invitados. Se contrata un fotógrafo y se hace partícipe a los invitados adultos a ver como se lo pasa pipa el cumpleañero. Mi amiga pastelera me decía que ella no podía quedarse a la sesión fotográfica, le producía dolor ver como destrozan su trabajo. «Pero ¿qué puede hacer un bebé de un año frente a un pastel?» Pues como mínimo hundir las manos en él, agarrar trozos con las manos, acercar su boca para intentar morderlo… todo lo que se le ocurra y más, y es que de eso se trata, el smash cake, o pastel para aplastar, romper o hacer pedazos, es un juego de aprendizaje para el bebé, y una 'atracción' para los papás y el resto de familiares que se divierten viendo las reacciones del pequeño al tener algo tan rico como desconocido frente a sí.

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«Nunca se sabe cómo puede reaccionar un bebé cuando tiene delante suyo un pastel, algunos no le hacen ningún caso, otros no dudan en poner la mano encima, intentar agarrarlo como si fuera un peluche o una prenda de ropa, o acercar la boca para morder, hundiendo en la crema hasta su naricilla. Lo normal es inmortalizar este momento con fotografías y vídeos que se convierten en un bonito recuerdo para los padres, y que podrán mostrar a su hijo cuando haya crecido» (Gastronomía y Cía. ARepública). No sé si será un bonito recuerdo para el infante pero desde luego que se abre una vía de negocio para el pastelero, y para el fotógrafo. Quienes sí lo recordarán serán los invitados. Solo espero que se rían con él. Desde mi punto de vista prefiero que el «aplastar la tarta» sea de manera espontánea, el factor sorpresa, es mucho más valioso. Pero aplaudo todo lo que sea «hacer familia».

@supervanfamily