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En estos últimos meses hemos oído hablar mucho de patriotismo, mucho ondear banderas. Nos hablan de que la libertad está en la ley, de lo importante que es mantener la integridad de España.

Las noticias parece que se limitan a lo que pasa en Catalunya y que nada más está pasando. Ciertamente lo de Catalunya es muy importante, pero más cosas están pasando.

Quienes están tan orgullosos de defender a la patria desde el gobierno, siguen haciendo sus cositas que no parece que sean de tanto bien para el país. Por ejemplo, un área con gran peligro de desintegración es el área de Investigación, Desarrollo e innovación (I+D+i). El I+D+i es fundamental para el futuro del país y si uno realmente ama a su patria no debería estar destruyendo unas de las bases de ese futuro.

Desde 2012, los presupuestos de I+D+i se han ido reduciendo como los de otras áreas esenciales para el país, Educación, Seguridad Social, etc. Eso lo sabemos todos y nada hay nuevo sobre estos cortes. Lo que ha sido posible enterarse poco a poco es que los cortes reales de fondos son mucho más profundos de lo que los presupuestos indican y eso es gracias a las trampitas de los patriotas que nos gobiernan.

En el gráfico adjunto se ve la evolución de los presupuestos de I+D+i en los últimos 10 años junto con el gasto real en los mismos años. En los años anteriores al 2008 se ve que el gasto real en I+D+i era un poco más del 90 por ciento de lo presupuestado.

Eso es algo muy común en España en donde el papeleo es tan complejo que la probabilidad de que no se pueda gastar parte del presupuesto por errores o dificultades nunca es pequeña.

A partir de 2008 hay una reducción en los presupuestos tal que el presupuesto asignado para el 2016 es solo un 54 por ciento del presupuesto de 2009. Esto es una reducción muy seria que lleva a cuestionar el interés que tiene el gobierno en invertir para el futuro. Pero lo que es más sorprendente es la reducción en el gasto real que es cada vez mayor llegando en 2016 a ser solo el 37.6 por ciento de lo presupuestado. Así el gasto real en I+D+i en 2016 solo fue el 23 por ciento del gasto real en 2009.

¿Cómo se puede impedir que se gasten los presupuestos asignados? Pues de mil maneras, con trampitas regulatorias y administrativas.

Primero, como puede verse en la disminución de gastos desde 2008, esa diferencia entre gasto real y presupuesto es algo que sucede y se amplia sistemáticamente, no es una casualidad. Hay evidentemente un plan y los que trabajamos en las áreas I+D+i lo hemos venido sufriendo.

Como en casi todos los campos de administración del estado, en I+D+i el numero de puestos interinos es grande y muchos con contratos anuales renovables. Aquí es donde se ha encontrado una oportunidad de reducir gastos. La renovación de contratos en muchos casos se retrasa meses. Entonces ya se tiene una parte de presupuesto asignado que no se usa. Así con muchos otros tipos de gastos, todo se va retrasando, hay que ir insistiendo en que pasa con los tramites y pocas respuestas se reciben, solo retrasos.

También tienen otras formas de evitar gastos. Ahora, cuando se piden fondos para un proyecto de investigación, normalmente es para tres años. Si todo va bien y te asignan un proyecto por ejemplo de 100.000 euros en tres años, entonces te asignan 10.000 los dos primeros año y 80.000 el último. Claro, si tienen que comprar material o hacer inversión en infraestructura tienes que esperar a grueso del presupuesto, pero cuando llega el tercer año entonces te dicen que como es el último año ya no vale la pena hacer inversiones, con lo cual ya no te lo dejan gastar.

Es difícil pensar que haya buena fe en estas asignaciones. En Estados Unidos el investigador propone como debe distribuirse el presupuesto anual de acuerdo con las necesidades del plan de investigación y naturalmente si hay que comprar instrumentación eso va en el primer año.

Así pues, estos señores podrían mostrar su patriotismo planeando e invirtiendo en el futuro de España y sin hacer trampas.