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Ha vuelto a correr por nuestras pantallas en cada uno de nuestros hogares. Después de un impase Raúl Gómez, vuelve a cordarse las zapatillas y hacer running por los caminos del mundo. Arrancó esta segunda temporada en Etiopía. Un sitio donde los niños no son niños, maduran a base de trabajo y dureza climática en el campo. Un sitio donde sonreír, o hacerte dibujar una sonrisa cuesta. Y lo hace Raúl Gómez el conductor de este programa «Maraton Man» de #0 de Movistar+. «Este programa me da absoluta felicidad. Si sueñas muy fuerte, los sueños se cumplen. 'Maraton Man' es un programa de running pero es mucho más: es un programa de vida», afirma Raúl Gómez. Pero tiene mérito. Es fácil arrancarte una sonrisa en Nueva York, pero en Nepal, en Etiopía,... que lo consigue, es decir que esta persona ha encontrado su vocación. Un motivador nato, que no es superficial en el trato pero tampoco cae en lo doloso. Etiopía donde los niños cargan agua, donde llegar a la escuela lo deben hacer recorriendo grandes distancias como declaraba Meseret Defar, la doble campeona olímpica, una de las mejores fondistas de la historia. Gómez le pregunta a Defar «después de cumplir tus sueños y metas, y tengas que retirarte qué harás», a lo que le contesta «quedarme en mi país natal para ayudar a las niñas a tener un futuro mejor». Una mujer que viaja, que sale, que ve otras cosas muy golosas y puede comparar y vivir en una ciudad desarrollada con todas sus comodidades prefiere volver para ayudar. «Tuve una infancia dura», decía Meseret, quizás sea su leitmotiv para conseguir sus victorias . Con su primer sueldo compró un televisor, y es con este aparato donde su madre la sigue carrera a carrera.

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Antes de viajar hasta el sur de Etiopía, Raúl tuvo una experiencia con una tribu de la mítica etnia hamer. Aquí es donde te quedas petrificado en el sofá, cuando ves a chiquillos correr desnudos, y con los pies al descubierto. Un diez a la sensibilidad del equipo que acompaña a este convencido runner. Raúl se entrevista con el patriarca de la tribu, el hombre aparentemente más viejo (este ni siquiera sabe su edad), y le responde que para él lo más importante en la vida es cuidar a los niños, la familia, las cabras. Y rezar para que llueva porque sin agua no hay niños. Palabras que son una cura de humildad. Hay que aprender a cuidar a los niños y al planeta.

@sernariadna