El Govern ha aumentado este año su presupuesto para becas pero, desde luego, no serán los estudiantes menorquines los mayores beneficiados. La cifra de becados por la Conselleria balear de Educación ha vuelto a descender, son 19 de 595 beneficiarios, una cifra realmente baja. No ha trascendido cuántos menorquines solicitaron la ayuda. La cuantía máxima es reducida para un universitario fuera de casa, 450 euros, pero en todo caso siempre bien recibida; tanto esta beca como la del Consell son a 'curso vencido', es decir, llegan después de que las familias hayan afrontado el gasto, ya que corresponden al curso 2016-17 pero, igualmente se espera y se ahorra, qué remedio.
Pero sobre la distribución de esas ayudas del gobierno de todos los baleares no se puede echar borrón y cuenta nueva. No es justa, porque está mal repartida, deja fuera a buena parte de quienes necesitan esas becas. Obliga a los estudiantes menorquines a elegir entre la convocatoria del Govern y la del Consell, más elevada y que ha mejorado al ajustar el umbral para que sea compatible con la del Estado, pero no debería de ser así. No puede ser que el Consell haga el esfuerzo y las becas del Govern se queden en su mayoría en Mallorca, la única isla que cuenta con un campus universitario, al que se puede ir en coche o en transporte público. Si bien puede que la universidad balear no ofrezca todas las carreras deseadas, supera en mucho las posibilidades existentes en el resto de islas. El Consell alega que sus propuestas para suprimir la incompatibilidad de ambas ayudas o de gestionarlas todas desde aquí no ha obtenido aún respuesta de la Conselleria de Educación.
Sea por el sistema que sea, es necesaria una revisión del modelo actual de becas universitarias, que destina el 94 por ciento de las ayudas del gobierno de toda la Comunidad a uno solo de sus territorios, el que más oportunidades ofrece.
