Escudo de la Universidad de Barcelona

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Parece que el deterioro de las democracias occidentales es mucho más sistemático de lo que parecía hace unos años. Cada vez hay menos democracia real y menos politicos capacitados a la cabeza de los gobiernos. En eso último no hace falta dar ejemplos. La mediocridad de esos politicos y los intereses de los grupos que manipulan los gobiernos hace que la actividad intelectual se considere cada vez más como algo sin ningún valor o incluso con valores negativos.

Hace ya algunos años que en los ambientes universitarios españoles se percibía esta situación. Las universidades iban evolucionando a escuelas profesionales. No era cuestión de crear y transmitir ciencia, como decía Ortega, sino de dar títulos al mayor número de estudiantes posible.

Inicialmente los cambios fueron hechos con buena voluntad pero no muy inteligentemente. La idea era que todo el mundo tuviera derecho a estudios universitarios y eso es ciertamente bueno.

Escudo de la Universidad de Barcelona
Escudo de la Universidad de Barcelona

Pero por desgracia se convirtió en que todo el mundo tenía derecho a un título universitario y eso ya no lo es. El título hay que ganárselo trabajando seriamente. Todo el mundo debería tener derecho a la oportunidad de ir a la universidad, luego depende de ellos el seguir adelante.

Muchos de los administradores de la Universidad empezaron a valorar a los profesores por el número de aprobados que daba. Eso naturalmente ha llevado a una bajada del nivel. Además solo se piensa que la misión de la universidad es dar clases. Desgraciadamente no se puede transmitir ciencia si no se hace.

La situación se ha agravado en los últimos años por los cortes en presupuestos. Este triste cuadro de la universidad española después de unos años de crecimiento y mejora que vimos después de la transición es preocupante. Yo creía que era solo un problema de España, pero desgraciadamente no es así.

Un profesor de Física de la Universidad de Cambridge, Eugene Terentjev, escribió un correo a sus alumnos de primer año de carrera diciendo que debían tomarse muy en serio la asignatura ya que es difícil y requiere que pongan toda su atención en ella.

Por tanto durante el curso mejor que se abstenga de bebidas alcohólicas y de juergas. Esto causó furor y un sin número de protestas por parte de organizaciones de estudiantes y autoridades universitarias.

Uno de los vicerrectores acusó al profesor de asustar a los alumnos.

Otros decían que tales amenazas ponían en peligro la salud mental de los estudiantes. Así que es mejor que los estudiantes sigan emborrachándose y yendo de juerga y el profesor que baje el nivel de exigencia.

Estos días en el Congreso anual que tenemos en Hawaii me he encontrado con bastantes profesores de diferentes universidades de Estados Unidos y en las conversaciones informales que hemos tenido me ha llamado la atención que casi con todos salió el mismo tema: la mala situación de las universidades.

En Estados Unidos la situación es diferente que en Europa pero la preocupación es la misma, la deterioración de la universidad.

El proceso es muy parecido al Laboratorio Nacional donde yo trabajaba y que ha sido provocado por los niveles políticos altos.

En el caso del Laboratorio, Wigner, el premio Nobel de Física y uno de los físico más brillante del siglo pasado, fue su primer director. Cuando yo me incorporé, en los 80, el director no era un premio Nobel pero si un experimentado investigador y así todos los directores de las diferente divisiones del Laboratorio.

Todos muy interesado en la investigación y procurando apoyar las iniciativas de los investigadores. Pero el Departamento de Energía que supervisaba el Laboratorio decidió que había que poner managers al mando. Según ellos los managers puede dirigir tanto una fabrica de chocolate como una universidad. Así empezó la decadencia del Laboratorio.

Ahora les esta pasado a la universidades. Los managers lo único que les interesa es dinero a corto plazo y se está derrumbando el nivel intelectual en las universidades.

Podemos mirar el lema de la universidad de Barcelona, ocultado durante el franquismo, «Libertas perfundet omnia luce». Ahora vuelve a estar en peligro Libertas.