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Entre Peñíscola y Benicarló se encuentra El jardín del papagayo, donde se asegura que uno puede pasar un rato agradable en compañía de loros y papagayos. Se trata de un parque zoológico con más de cincuenta especies distintas de papagayos, que además ofrece otros atractivos, como la pradera de canguros gigantes.

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Resulta curioso, ¿verdad? Ustedes ya saben que un papagayo es un ave muy vistosa que aprende a repetir palabras y frases enteras. Seguramente por eso existe la expresión «hablar como un papagayo» que designa a la persona que habla en exceso, sin exponer ninguna idea clara, como el papagayo, que es capaz de articular sonidos que se asemejan al habla del hombre, pero que no sabe lo que dice. De ahí al 'tópico' hay muy poco trecho. El término 'tópico' quiere decir 'lugar común', una palabra, una frase o un tema que se repiten constantemente. Yo creo que algunas palabras del lenguaje corriente ya han adquirido categoría de tópicos, como por ejemplo 'mogollón' que puede asignar una gran cantidad de personas o cosas, o bien una mezcla desordenada de personas o cosas; verbigracia: «Se montó un mogollón en la calle por culpa de una pelea». Otras palabras se aplican de modo curioso, como la palabra 'montón' o 'súper'. Había un montón de gente. Me gusta un montón. Es súper chulo. Estoy súper cansado. Esto es súper guay. Etc. Si tomáramos literalmente el sentido de estos ejemplos nos figuraríamos a la gente amontonada en la calle, como cadáveres después de un atentado, o a un chulo que funciona con gasolina súper; lo cual también sería divertido.

Donde también se encuentran muchos tópicos –y acaso también algunos papagayos- es en el lenguaje de los políticos. Hay frases que repiten una serie de políticos de todos los colores, como por ejemplo: «Mi único compromiso es con los ciudadanos». Esta es una frase que a fuer de repetida resulta ya poco creíble. Ha habido tanta corrupción que cuando un político la dice la gente piensa que su único compromiso es con el propio bolsillo. Otra frase tópica es: «Gobernaré para todos». Cuando un político lo dice nadie lo cree. Todos sabemos que aplican aquella vieja sentencia que asegura que si no estás conmigo, estás contra mí. No me resisto a reproducir esta otra frase: «Debemos hablar de los problemas reales de los ciudadanos». Todos sabemos que quienes han levantado un poco la economía con su esfuerzo callado han sido precisamente los ciudadanos, con todos sus problemas a las espaldas.