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Menorca es la isla que, durante la crisis, más se empobreció y perdió más renta, en términos de bienes y servicios, según los datos aportados por el doctor Antoni Riera, catedrático de Economía Aplicada de la UIB y director de la Fundació Impulsa Balears.

Unas cifras que suscitaron durante el verano de 2016 un intenso debate sobre el modelo económico de Menorca en el que participaron Joaquim Coello, Guillem López Casasnovas, Alfred Pastor, Rafel Suñol y Alfons Méndez. La controversia se sustanció posteriormente, sin acuerdo, en un coloquio organizado por el Cercle d'Economia.

Ahora acabamos de conocer los últimos datos de población, elaborados por el Instituto Nacional de Estadística. Se ha registrado un constante crecimiento demográfico en Balears. Pero Menorca, a diferencia de Mallorca y las Pitïuses, constituye la excepción, al presentar una situación de estancamiento. El padrón oficial de 2017 certifica un descenso de 431 personas con respecto al de 2016, lo que ha incrementado la distancia entre Menorca y Eivissa. Ambas islas tenían un población similar cuando se aprobó la comunidad autónoma, y 35 años después Eivissa, con 143.856 habitantes, tiene casi 60 por ciento más que Menorca, con 91.170 mientras que Formentera suma 12.280.

Sobre la mesa, de nuevo, el debate sobre el modelo económico.

La discriminación positiva en la aplicación de la ecotasa a favor de los hoteles menorquines irrita a los hoteleros ibicencos, que reclaman la misma ventaja. Pero esta medida se justifica en la debilidad de la economía de Menorca, porque todo nuestro modelo económico está subvencionado, sector turístico incluido.

Durante el debate de la Ley de Financiación de Consells -que el PSOE y Més denostaban y ahora utilizan para negociar con el Govern del Pacte- Joan Marqués decía que Menorca ha de recibir más recursos públicos al haber optado por el modelo Reserva de Biosfera. O sea, el decrecimiento.