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No me ha resultado nada sencillo acomodarme a los vericuetos jurídicos del código penal alemán en comparación al de mi país, donde creo que además se pueden dar consecuencias vaya usted a saber de qué calibre. Ahora va un tribunal regional y limita gravemente la entrega de Puigdemont dejando todo lo que ha hecho en una simple malversación, que ya son ganas, cuando la propia Fiscalía alemana contemplaba la rebelión. ¡Hombre! y qué menos en quien ha encabezado el separatismo, ha alentado una república, ha llevado a cabo un referéndum ilegal, ha dividido la sociedad catalana, ha conseguido que miles de empresas asustadas abandonen Catalunya, se ha pasado por allá abajo leyes de obligado cumplimiento españolas y hasta en algunos casos, también catalanas, y ahora va y resulta que este iluminado lo único que ha hecho según la Audiencia Territorial de Schleswig- Holstein ha sido, ya digo, una simple malversación económica, algo dicho, sea de paso, a lo que son tan aficionados algunos políticos españoles pero que en su haber, afortunadamente para ellos y para el resto del país no está el llevar su autonomía al separatismo ni han promulgado repúblicas bananeras ni han dividido a la sociedad donde han gobernado o gobiernan.

Yo puedo entender que Alemania vea, estudie y analice el por qué se reclama a alguien que fue capturado en su territorio en virtud de un requerimiento internacional, lo que ya me cuesta más entender es que ahora para entregarlo a las autoridades españolas tenga que ser previamente juzgado, un prófugo de la Justicia española que lo que ha hecho no lo ha hecho en Alemania si no en España. Es como si juzgáramos en España a un delincuente alemán por lo que hubiera hecho en Alemania, previa captura por la policía española en cumplimiento de un requerimiento internacional. Lo suyo, como yo lo entiendo, es que esa persona sea entregada a Alemania y que allí se le aplique el código de aquel país.

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Con lo que han hecho en Alemania con el caso Puigdemont es ni más ni menos que dejar las puertas abiertas a todos los secesionista, separatistas o independentistas europeos, porque visto lo visto lo máximo que les puede pasar es que les juzguen por unos euros mal gastados y encima podrán estar medio año haciendo turismo gratis.

A CRITERIO de la Justicia alemana no se cumple el delito de alta traición por falta de violencia. ¡Hombre señorías, no fotin! La violencia es muy diversa, muy alcahueta. Fíjense que hay violencia verbal, violencia en el hecho de cercenar derechos, violencia callejera, violencia al obligar a la ciudadanía a un futuro que no desea, violencia en los insultos que algunos catalanes se dirigen entre sí. Podría llenar un par de cuartillas porque la violencia, como yo la entiendo, no consiste solamente en pegar unos tiros y que tengamos que lamentar una docena de muertos. La persecución pertinaz y prolongada, el encarcelamiento que sufrieron los que perdieron la guerra franquista, para mí la tengo como una de las más sádicas formas de ejercer la violencia.

Lo que acaba de hacer la Justicia alemana, a mi modo de ver, es una ofensa, y no pequeña, para la Justicia española, una intromisión muy desafortunada que condiciona gravemente nuestro derecho penal dejándolo en este asunto concreto reducido a la mofa y a la befa intelectual, porque viene a decirnos a todos los españoles, incluidos más de la mitad de los catalanes, que Puigdemont y su equipo no pasan de ser unos 'pobres robagallinas', que si acaso por todo lo que han hecho, solo merecen un azotito en el culo como a los niños de párvulos.