TW

Un antiguo dicho dice que «la zarza pica aunque más pica una mala lengua, porque la zarza no pica si no te arrimas a ella». Dicho esto, no puedo evitar sentir por lo menos una cierta desazón desde que la magistrada Carmen Rodríguez-Medel, ha elevado al Tribunal Supremo, un escrito (dicen que durísimo) de 54 folios, dónde se justifica el largo escrito con las sospechas de que el líder popular, Sr. Casado, podría haber cometido los delitos de cohecho impropio y prevaricación administrativa. La Sra. juez cree que Pablo Casado según los datos de que dispone recibió el título de un máster por la Universidad Rey Juan Carlos sin ir a clase y con la convalidación de 18 de las 22 asignaturas como «un regalo académico».

Noticias relacionadas

Si todo esto no fuera verdad, debe de aclararse cuanto antes, pero si fuera cierto, Pablo Casado debería de quedar inhabilitado para ocupar cualquier cargo público.

A mí me extraña que toda una Sra. magistrada se meta en un asunto de esta naturaleza sin tener pruebas más contundentes que la mera sospecha. Una reacción que se me antoja infantiloide fue decir que «no recordaba si había ido a clase». Simplemente por decir una sinrazón de esta naturaleza, no ha de extrañar que algunos ya se pregunten ¿qué hace este hombre liderando el PP? Con lo de su máster cada vez más bajo sospecha, para terminarlo de arreglar, también ha dicho que todo habría prescrito. Pues mire usted señor mío, nada prescribe mejor que no haber cometido ningún acto punible. Si cree él que lo suyo ha prescrito, es por qué cree que algo ha hecho mal, si no, no tiene sentido.