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Aún dolorido por la desaparición de Lluís Viroll sobreviene otro mazazo con la de Adriano Marín, tarzán Adri, otro de los héroes del Sporting Mahonés de mis sueños y pesadillas, un buen muchacho con quien compartía admiración y amistad por un caballero-entrenador, Elías Noval, una época feliz del futbolero que se va difuminando en la memoria. Parece una maldición que dos atletas aún jóvenes se vayan de esta manera tan cruel y en tan corto lapso de tiempo. Pienso en las familias cercenadas, hijos que no disfrutarán de la madurez de sus padres y que difícilmente creerán en la justicia divina y en la bondad intrínseca de la práctica deportiva… Descansen en paz los dos amigos y toda nuestra solidaridad y cariño para sus familias.

1-I-19. Martes

Mientras espero el concierto de Año Nuevo me voy preparando para mi festividad favorita, la de los Reyes Magos, antesala de un siempre sombrío cumpleaños, un siete de enero tradicionalmente de resaca y hartazgo, este año doblemente inquietante por la cifra que se me viene encima como un alud de temores e inquietudes. Además, ya no sé qué pedirles a los Reyes y tengo un problema serio a la hora de regalar, no se me ocurre más que libros, uno es un plasta, qué se le va a hacer. Decido pedirles a la contra, o sea, cosas que desearía que me quitasen de delante en vez de cachivaches que no necesito o corbatas que no luciré…

Por ejemplo, lo primero que quisiera ver desaparecer son esas vergonzosas imágenes de inmigrantes en patera, incompatibles con una Europa que siempre fue tierra de acogida… Con leyes y políticas justas, sin demagogias ni estúpidos e inútiles muros.

En segundo lugar me gustaría eliminar de la esfera pública la doble T, es decir, Trump y Torra. Estoy harto de los dos, de los sobresaltos diarios que ocasionan con sus erráticas y delirantes políticas; que tumbe la justicia al magnate norteamericano, que motivos parece haberlos a raudales, y que resurja el tradicional seny catalán para eliminar de la esfera institucional al activista metido a político.

También me gustaría dejar de escuchar machacones sonsonetes como «los golpistas que quieren romper España», «155 ya», «nosotros los constitucionalistas» o «el inalienable derecho de autodeterminación» o el «España nos roba», reduccionismos simplones todos ellos que nada aportan para una solución política del problema.

Como asunto personal, desearía poder salir de un facebook en el que nunca he querido entrar y del que no hay manera de escabullirse, y que me manda oleadas de sugerencias de amistad e informaciones que no me interesan lo más mínimo, con todos mis respetos a los usuarios, amigos muchos de ellos con los que hablo directamente cuando se tercia. Mi vida ya está suficientemente en el aire con este dietario.

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También con todos mis respetos para influencers, coaches y cocineros, me gustaría que se redujera su influencia en favor de los intelectuales de toda la vida, catedráticos, escritores (abstenerse los especialistas en bestsellers), artistas reconocidos y gentes, en fin, amantes de la reflexión para que nos iluminen con conocimiento, rigor y sentido común sobre la creciente complejidad de la vida en comunidad. No em puc dur més de comentaristas de trincheras, listillos arbitristas y demagogos (ahora llamados populistas), que ofrecen respuestas simples a problemas complejos.

Tampoco voy a pediros cordones sanitarios para aislar a los nuevos reconquistadores de la España eterna. Mucho mejor que jueguen a la democracia, que se enmarañen en sus ritmos y protocolos, que debatan democráticamente sus propuestas (la primera, en la frente del PP y C’s, sus presuntos aliados en Andalucía), que esparzan sus hormonas por el hemiciclo, que los ujieres las limpien con el plumero y que se vuelvan al escaño en espera del turno del mes que viene. En definitiva que se amansen.

Y prou de rollos. Empieza el Concierto de Año Nuevo. Un respeto.

2-I-19. Miércoles

Y el nuevo año nos trae a otro demagogo o populista, como se prefiera, en Brasil, votado legítimamente pero con la habitual ligereza de los amantes de transitar a las bravas por la calle de en medio sin pensar demasiado. Y digo lo mismo que con los nuestros: nada de cordones sanitarios, que se integren en las instituciones multilaterales, que expongan sus fantasías programáticas y que las defiendan democráticamente ante la comunidad internacional. Afortunadamente no tienen el poder de Trump, a quien nadie le tose en la esfera internacional, y pronto van a darse cuenta de la inviabilidad de sus delirantes propuestas.

3-I-19. Jueves

Ah! Y que un cap de fibló democrático y planetario se lleve por delante toda esa caspa ultraderechista que amenaza con retrotraernos a la época de las cavernas. Hala idò.