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7-II-19 Jueves

«Traidor, golpista, felón, ilegítimo, mentiroso compulsivo, ridículo, irresponsable, incapaz, okupa, desleal, ególatra, chauvinista del poder, rehén, escarnio para España, mediocre, impulsor de la agenda de ETA…».

Son algunos de los epítetos que dedica hoy el desatado líder popular Pablo Casado al presidente del gobierno por su felonía (sic, término usado por el Capitán Trueno, podría añadirle el de «mastuerzo», favorito de Goliath, así como el clásico «Santiago y Cierra España») de proponer un «relator» para las conversaciones sobre el conflicto catalán, cuyo simple reconocimiento tácito (haberlo, haylo, desde hace siglos, lean si no «Catalanes y escoceses» de Sir John Elliot. Edit Taurus), constituye de por sí un delito de lesa patria para los guardianes de las esencias.

El magistrado emérito del Tribunal Supremo español, José Antonio Martín Pallín diserta en el Ateneo sobre el gobierno de las togas pero toda la atención del repleto auditorio se centra en el inminente proceso al procés. Para el insigne jurista no hubo rebelión ni siquiera sedición y menos aún malversación. En este último aspecto fue más lejos; según el acreditado jurista, puestos en este plan, habría que empapelar a todos los gobiernos habidos y por haber…

9-II-19 Sábado

Continúa la ristra de denuestos al presidente felón por tierra mar y aire. Pero luce el sol en Sa Pescateria y una excelente birra de Sant Climent con amigos no vociferantes es el mejor remedio para paliar la extrema fealdad ambiental en la que el aprendiz de viejo ve como se difuminan valores que creía consolidados en el subconsciente colectivo, como la verdad, la libertad o la solidaridad, en vías de naufragio, azotados por los vientos de la mentira disfrazada (fakes, posverdad), el autoritarismo (hoy llamado «sin complejos»), o la demagogia más infame.

10-II-19 Domingo

Abro un ojo con prevención esperando verme envuelto por un cap de fibló de banderas rojigualdas, como este verano cuando acudí desprevenido al Ateneo para escuchar a Artur Mas, pero todo está tranquilo. Aparece y desaparece un sol tímido pero gratificante. En pleno desayuno recibo un wasap de un amigo madrileño que suspira hoy por estar a mil kilómetros de la capital, aunque sea en una Menorca azotada por el viento gélido de febrero, pero lejos, muy lejos, del aquelarre patriotero que tiene a las puertas de casa…

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Mientras paseo por el puerto, me pregunto si hay alguien más que esa legión de indignados flamígeros que hablan de rendiciones y humillaciones de la patria, de golpismo, de traidores y felones, y de reconquistas… ¿Hay alguien que piense que la propuesta política del presidente Sánchez de iniciar un diálogo político con el govern de la Generalitat es arriesgada pero no descabellada? ¿Encontraré por ahí malos españoles como yo, convencidos de que el secular problema catalán solo podrá encaminarse por la vía del diálogo, y no a golpes de código penal, banderazos o artículos de la Constitución esgrimidos como cachiporras?

11-II-19 Lunes

Las emisoras matutinas conservadoras traslucen escaso entusiasmo. Se ve que el tsunami de banderas esperado se quedó en marejadilla. En las fotografías y videos llaman la atención los penosos esfuerzos de Albert Rivera y Manuel Valls por estar y no estar al mismo tiempo…

Escucho a Quim Torra en Catalunya Radio y sigue con el raca-raca de la autodeterminación. ¿Alguien le va a explicar al pertinaz activista y pésimo político que la autodeterminación no existe en la legislación occidental más que para regímenes coloniales y/o dictatoriales y que, aunque quisiera, el gobierno español no podría reconocerlo?

Otra cosa sería invocar el precedente jurídico de la llamada «Ley de Claridad» del Tribunal Supremo de Canadá, promulgada ente el problema de Quebec, tan similar al catalán. Según ella, una parte del país tiene derecho a plantearse su separación, acordando con el gobierno central (nunca unilateralmente) un referéndum con una pregunta clara y mayorías cualificadas (mínimo de síes y participación a convenir: no es aceptable desgajar un país que lleva siglos unido con un 51/ 49 %). Pero esta sería una alternativa a largo plazo…

Todos los manuales de negociación aconsejan empezar por mínimos compartibles, por ejemplo, un nuevo Estatut que reconociera el carácter nacional de Catalunya, acompañado de un pacto fiscal y cultural, pero los hay que nunca pierden la oportunidad de perder una oportunidad.

Se darán cuenta Torra y Puigdemont cuando despierten de su delirio y comprueben que el tripartito de derechas está ahí.

12-II-18 Martes

Y como guinda, hoy empieza la madre de todos los juicios. Demasiada tensión en el ambiente, excesiva carga política con una acusación popular planteada por un partido político de extrema derecha y con los encausados en prisión preventiva desde hace quince meses. Para la tormenta perfecta solo falta la convocatoria electoral. ¡Socorro! Voy encargando un estratégico viajecito…