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Dicen que aunque en abril no se abran las flores, siempre será primavera. La palabra primavera significa «primer verdor» y la primavera hace cuatro días que ha comenzado en el hemisferio norte. La primavera evoca ideas de renacimiento, y representa la juventud, la etapa en que una persona está en la flor de la vida. Pero dependiendo del carácter que uno tenga, siempre puede ser primavera para alguien optimista y jovial. La primavera ha sugerido grandes obras artísticas. En música resulta de lo más fascinante ‘La primavera’, dentro de «Las cuatro estaciones» de Vivaldi. Robert Schumann escribió una «Sinfonía de la primavera» en la que las trompetas anuncian la llegada de la estación como si de los ejércitos de Alejandro Magno se tratara. Verdi también escribió una ópera titulada «Las cuatro estaciones», en la que el ballet ilustraba la primavera. Pero fue Igor Stravinski quien escribió «La consagración de la primavera», apelando a los rituales primitivos de primavera.

En literatura, Gustavo Adolfo Bécquer aseguró que volverán las oscuras golondrinas, Antonio Machado se fijó en que la primavera besaba suavemente la arboleda, Rubén Darío escribió una «Canción de otoño en primavera», García Lorca aseguró que no podía decir, aunque quisiera, el secreto de la primavera, Juan Ramón Jiménez dijo eres la primavera verdadera, Nicolás Guillén comentó de qué callada manera se me adentra usted sonriendo como si fuera la primavera, Octavio Paz hizo notar que el día abre los ojos y penetra en una primavera anticipada y Jorge Guillén evocó una primavera tan desnuda, tan continua, tan simple que el mundo vuelve a ser fábula irresistible.

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La primavera, con su luz intensa y su perfume mareante, también ha inspirado a los pintores. Sandro Botticelli pintó, en pleno Renacimiento italiano, una tabla al temple con la alegoría de la primavera. Presenta una atmósfera de fábula mitológica en la que se celebra un rito pagano, al que nos invita Venus, la diosa del amor. Ingres pintó una primavera de estilo clásico, cuyo título original es «La fuente». Jean François Millet también pintó «La primavera», Monet pintó un paisaje titulado «La primavera», John William Waterhouse pintó «Una canción de primavera» y Franz von Stuck consiguió pintar en 1910 «El sonido de la primavera».

Es que la primavera está ahí afuera, con sus días de luz cegadora, reflejada por el cielo y el mar, con las flores a porfía en el mes de María, burbujeando en la sangre y renovando nuestras ganas de vivir.