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Pocas novedades aportó el encuentro que ayer celebraron en la antigua casa señorial Can Saura de Ciutadella la presidenta del Govern y los presidentes de los cuatro consells insulars. Es la "Conferència de presidents" que, según marca el Estatut, debe reunirse cada seis meses.

Más allá de las buenas palabras hay que afrontar, de una vez por todas, la cuestión capital de la arquitectura institucional de Balears: la configuración del Govern de la Comunidad Autónoma como organismo coordinador para que los Consells sean, tal como también proclama y consagra el Estatut, las instituciones propias de gobierno de cada isla.

De esta forma podrán desempeñar plenamente las funciones que les asigna la norma estatutaria, aprobada en 1983 y reformada el 2007: el gobierno, la administración y representación de cada una de las islas.

¿Cómo afrontarlo y resolverlo? Hallaremos la respuesta en la nueva Ley de Consells Insulars, que, como admitió la consellera Pilar Costa, ha quedado obsoleta desde la entrada en vigor de la reforma del Estatut... en 2007. Ya han transcurrido doce años y no se puede seguir demorando esta cuestión tan relevante.

Ayer se escuchó la voz de la presidenta del Consell de Mallorca, Catalina Cladera, quien se mostró ilusionada la nueva Ley de Consells avanza en el sentido que pide Mallorca, que los consells sean más autónomos y se fortalezcan como instituciones autonómicas".

Este es el objetivo. Y si Menorca lideró, durante la Transición, el proceso preautonómico en Balears con la firma del Pacte del Toro y el anteproyecto de Estatut que redactó la Assemblea Autonòmica de Menorca, en este momento crucial es preciso que vuelva a escucharse, con tanta claridad como contudencia, la reivindicación menorquina.

El Consell no puede permanecer ajeno y para que nuestra Isla sea tenida en cuenta, como ocurrió durante la Transición, precisamos hoy un gran pacto de Estado entre gobierno y oposición.