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Una vez aparecida la fumata blanca en lo alto del Congreso, apreciada la sensibilidad de Pablo Iglesias hecho un mar de lágrimas tras confirmarse en el primer gobierno de coalición en la historia de la democracia española, y visto el posado de Pedro Sánchez una vez ha dejado de ser presidente en funciones, es el momento de dejar las lágrimas y las fotos a un lado y ponerse a tramitar asuntos pendientes.

Hasta ahora la inexistencia de un presidente legitimado por la votación de los diputados en el Parlamento ha sido la excusa esgrimida por las altas instancias para justificar los prolongados retrasos en dos obras de capital importancia policial y judicial para Menorca que parecían reactivarse desde la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa. Pero no fue así.

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Resulta cansino leer año tras año el informe del Tribunal Superior de Justicia de Balears calificando de tercermundista el estado de los juzgados de Ciutadella, aunque en realidad lo sea, como bien lo sufren los ciudadanos que han de pasar por él y el personal que lo ocupa. En octubre de 2018 la alcaldesa de Ciutadella se refirió a una jornada crucial la visita de la subsecretaria de Justicia para inspeccionar el solar de Santa Rita donde debe construirse la urgente infraestructura. Ha pasado un año y casi tres meses desde aquel día y no ha trascendido ni una novedad al respecto, de lo que se desprende que todavía no hay proyecto ni plazos.

Otro tanto sucede con la Comisaría de la Policía Nacional de Maó, otras dependencias obsoletas que no se corresponden con la imagen de la fuerza policial ni con la ciudad en la que se encuentran. Pronto hará aun año que la entonces delegada del gobierno socialista, Rosario Sánchez, anunció la disponibilidad de la partida de 3,5 millones de euros para la obra en la calle Borja Moll. También en este caso, la ausencia de presidente electo ha sido el argumento para justificar la paralización del proyecto, una demanda desde hace más de 15 años. ¿Será por fin en esta legislatura, si llega a su final?