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Por fin los niños podrán salir. Pero no como sería lógico, pues los menores de 14 años podrán salir a acompañar a los adultos al supermercado, bancos, y farmacias. Espacios cerrados y ambiente de adultos. Donde lo tocarán todo, y si ven a algún amigo no guardarán los dos metros de distancia, porque son niños. Lo suyo para mi entender es que vayan a lo que su edad les pide, a parques, playas, o Camí de Cavalls respetando la dfistancia de seguridad. Espacios abiertos, puro oxígeno.

No entiendo la medida. Por qué no pueden ir a pasear por el puerto, por ejemplo. Creo que somos personas civilizadas, y los adultos podemos ser igual de respetuosos con las normas que en los países nórdicos. Y si no es así, para eso está la autoridad policial para explicárselo. La educación y las buenas formas cambian actitudes.

Por mi parte mis hijos no me acompañarán a esos sitios porque no les quiero dar la cultura del consumo masivo, después de haber estado en casa 5 semanas y media. No quiero aleccionarles que lo que les espera después de días de encierro es consumir y tampoco lo duro que debe ser ir a un banco donde hay adultos que lloran porque son autónomos, o empresarios, o empleados que se han quedado en paro absoluto, y van a arreglar sus cuentas.

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Quiero que estén en contacto con la naturaleza, y que den valor al despertar de sus días de encierro. Quiero que sientan el aire en sus mejillas, el frescor de las mañanas y la calidez del medio día. Quiero que sientan las gotas de la lluvia de abril. Quiero que toquen los árboles del bulevar del barrio, y que distingan las margaritas de los lirios salvajes en el paseo con su perro. Y si salimos a un comercio, quiero inculcarles el compromiso con el mercado local, quiero que vayan a una frutería y que saboreen la fruta de temporada de María. Mientras los adultos hablamos de cosas de coronavirus, y les recordamos que deben de respetar los 2 metros de distancia con la tendera, y que si ven a un amigo lo pueden saludar desde la distancia, con el mismo amor que antes. Quiero trasmitirles valores naturales, lo demás ya se lo encontrarán en su caminar hacia la adultez.

Otra de las normas es que los menores de 8 años no deben llevar mascarillas. Les explicaré que cuando salgan hay personas que llevan mascarillas de protección como mamá y papá para poner barreras a la covid-19. Y les enseñaré a lavarse las manos con frecuencia cuando volvamos a casa.

Quiero que hagan un despertar natural a la vida que les rodea. Quiero que sean comprometidos con la economía local. No quiero volver a la ansiedad ni a las prisas que es lo que me genera un supermercado y un banco. El 27 de abril quiero poner en práctica valorar la vida.