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Hay políticos que tienen una estrella realmente mala. Si analizamos la trayectoria del actual presidente del Gobierno, Sr. Sánchez, veremos que para llegar a ser presidente tuvo que empezar por tenerlas tiesas hasta con los ‘endiosados’ de su propio partido, más tarde, tuvo que pactar hasta con quién le quitaba el sueño, y cuando ya parecía que la legislatura tomaba rumbo, llegó la covid-19, una epidemia que se ha hecho mundial, que está amenazando con convertirse en el mundo en una calamidad crónica con memoria de regreso, que aparte de los miles de muertos que ya nos cuesta, que eso es lo peor, nos va a dejar muy condicionada la industria turística, la hostelería en general, así como también el resto de la industria que conforma el tejido empresarial, amén de una economía debilitada. Y por si todo ese panorama no fuera ya más que suficiente, tiene que bregar con el independentismo y sus absurdas exigencias, pero tampoco es eso todo, al gobierno actual le ha tocado una de las oposiciones peores que yo recuerde, incapaz de arrimar el hombro cuando la situación del país necesita de unos políticos que demuestren porqué se les elige, capaces de trabajar solo por la ciudadanía, y no por sus propios intereses, sin pararse en barras a la hora de echarse las víctimas de la pandemia a la cara, creyendo que convierten semejante disparate en una acción electoral lícita para debilitar al oponente. Todo eso y aún más en contra de un gobierno que tampoco tiene en su conjunto a los mejores ministros/as que el país pueda ofrecer y que la ciudadanía tiene derecho a aspirar.