LA TEMPORADA NO HA EMPEZADO. Con abril y mayo perdidos, los hoteles cerrados porque no hay visitantes, no arranca el motor de la economía insular. La falta de consumo provoca una situación insostenible. Foto: JOSEP BAGUR GOMILA

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Cuando Abel Matutes, desde la experiencia empresarial de sus 79 años, afirma que «en estos momentos vamos hacia un desastre económico y social; y hemos de intentar que los daños sean los menores posibles» hay que preguntar al gran emprendedor ibicenco que unos años fue ministro de Asuntos Exteriores las razones de tan severo diagnóstico.

«No se trata de buscar una solución para ir tirando, sino de afrontar un problema que tiene mucha profundidad y que afecta directamente a dos millones de familias», responde Matutes, quien advierte que hay crisis para rato. «Será más larga que la del 2008, el próximo invierno será terrible y la recuperación será en U». Pero el problema es que desconocemos cuán largo será el tramo horizontal de esta U, porque ya nadie cree en el espejismo de la recuperación en V, pregonada con tanto entusiasmo como irresponsabilidad por las alegres comadres de La Moncloa.

LA TEMPORADA NO HA EMPEZADO. Con abril y mayo perdidos, los hoteles cerrados porque no hay visitantes, no arranca el motor de la economía insular. La falta de consumo provoca una situación insostenible. Foto: JOSEP BAGUR GOMILA

Preocupados por el análisis del veterano batallador pitiuso, curtido en mil batallas, vamos a buscar los últimos indicadores y nos damos de bruces con una realidad durísima: en Menorca el paro interanual ha aumentado un 109 por ciento y hay 5.531 menorquines inscritos en las listas de desempleo, mientras que 12.842 trabajadores están en situación de ERTE, lo que significa el 36 por ciento de los afiliados a la Seguridad Social en la Isla.

Es el alto coste del monocultivo turístico, del que depende en conjunto la estructura socioeconómica de Menorca, porque nueve de cada diez empleos que no se han cubierto corresponden a trabajadores de temporada que no han podido incorporarse a su puesto de trabajo.

EN LA CUARTA FASE

La temporada aún no ha arrancado, ya se ha perdido abril y mayo, y nadie sabe aún cuando empezará. Todo es un magma de incertidumbres, dudas, anuncios que se incumplen y contradicciones sobre los criterios de fases, medidas, desfases y restricciones.

Precisemos: la fase tres será la cuarta, porque la primera fue la fase cero; la segunda fue la uno; y la tercera fase fue la dos. Al habernos vinculado siempre con Mallorca -sí o sí, a pesar de nuestra mejor situación epidemiológica- nos hemos demorado quince días, cuando teníamos incluso mejores opciones y argumentos que Formentera. Carecemos de lobby y de peso político.

La ministra de Turismo, Reyes Maroto, dice que el 22 de junio abrirán las fronteras con Francia y Portugal, pero es desmentida por el ministro Salvador Illa; y el ministro José Luis Ábalos anuncia movilidad entre las comunidades en la misma fase, lo que de nuevo contradice Illa. La coordinación en el Gobierno brilla por su ausencia.

Tampoco ha sido autorizado y carece de fecha el plan piloto -prometido hace una semana, que mereció honores de portada- para la llegada de 500 turistas alemanes durante la quincena de junio, lo que permitiría reabrir... dos hoteles.

SE ADELANTAN LAS REBAJAS

Es mucho mejor no crear falsas expectativas, porque después se genera una enorme insatisfacción, como ha ocurrido con la crónica anunciada sobre la recuperación de los trayectos interislas. Se ha demorado quince días, a pesar de haber sido proclamada reiteradamente. Todo se está retrasando, excepto el comercio, que adelanta las rebajas por el derrumbe de las ventas.

Las grandes empresas plantean iniciarlas el 25 de junio, mientras que algunas franquicias y pequeñas tiendas ya anuncian descuentos para los días 19 o 20. El sector comercio, uno de los motores de la economía insular, está gripado porque no recibimos turistas. Los bajísimos ingresos desde que se autorizó la reapertura de las tiendas por la falta de consumo están provocando una situación insostenible.

El último informe del Banco de España confirma que la economía de Balears será de las más afectadas por su exposición al turismo, con mayor impacto en Eivissa y Menorca -por este orden-; y la crisis económica es lo que más preocupa a la población de Balears según el último informe Gadeso.

Para un 62 por ciento constituye el principal motivo de desasosiego, seguido por la falta de trabajo, la inestabilidad laboral y el coronavirus. La pandemia que, según la EASA (European Union Aviation Safety Agency), provocará violencia y pánico en los aviones: «Debe esperarse un aumento de casos de pasajeros violentos o disruptivos, antes del despegue o durante el vuelo. Hay un fuerte potencial de conflicto si no se gestiona adecuadamente», advierte este organismo de la Unión Europea.

500 DÍAS DESPUÉS

Las asociaciones empresariales de restauración y hostelería de Balears reclaman al Gobierno «acciones necesarias» para la recuperación de este sector, que, como el comercio, hoy carece de clientes.

Un IVA 'superreducido' para reactivar el consumo y ayudar a la tesorería de bares y restaurantes, una mayor 'claridad' en los ERTE y un 'plan de reconversión' son algunas de las peticiones. Pero lo inquietante el pronóstico del restablecimiento de la normalidad: «tardará al menos unos 500 días, porque muchos negocios no van a poder abrir sus puertas este año». «Esta crisis será larga, la recuperación tardará varios años», afirma Matutes. Para recuperar la normalidad económica y laboral tendrán que transcurrir «tres o cuatro años», porque «el tejido social y de empresas que se perderá son difíciles de reemplazar». Por ello reclama un pacto de los partidos constitucionalistas que prime la iniciativa privada para evitar que las empresas vayan a la suspensión de pagos.

UN PUENTE SÍ; EL OTRO, NO

Pero en el Consell preocupa el futuro de las dos estructuras construidas entre Maó y Alaior, pagadas por el Ministerio de Fomento. Ahora la institución insular quiere destinar al menos un millón de euros de sus fondos propios a derribar uno de estos puentes. No comparecieron la presidenta Mora, la vicepresidenta Salord y la consellera Gómez para anunciar una decisión política que ha tardado seis años, tan incomprensible como inoportuna, que -nos dicen- empezará a ejecutarse en un año. Un intento desesperado de ganar tiempo.

PREGUNTAS DE LA SEMANA

¿Qué plan ha diseñado la Policía Local de Ciutadella para evitar que haya «aglomeración o concentración» en la vía pública el 23 y 24 de junio?

¿Participarán efectivos de la Policía Local y la Guardia Civil en la aplicación de este plan?

¿Qué peticiones formuló el Consell al Govern para el 'decreto Covid' de reactivación y cuántas aceptó el Govern?

¿Qué significa para el Consell que 8 de los 13 diputados menorquines en el Parlament votasen en contra del decreto?

¿Cuenta con informes jurídicos, técnicos y económicos la decisión del Consell de derribar uno de los puentes construido en la carretera?