TW

Cómo quien dice más de tres meses lo que llevamos de virus sin dedicar una letra impresa sobre el juicio del procés, sin acordarme del Molt Honorable, ni tampoco por eso de Carles Puigdemont, ni los separatistas, ni los independentistas, ha sido como un bálsamo para el espíritu.

Noticias relacionadas

En cualquier caso, aquí entre nos, cuando no es por fas es por nefas, siempre tenemos motivos para enredar la troca, siendo lo cierto, que ignoraba yo que en tiempos de la covid-19 hay que dejar que las otras cosas se vayan macerando solas, lentamente, para cuando lo de la pandemia no sea ya tan acuciante.

Poder entonces retomar el cansino querer y no poder de una independencia que seria ya el colmo sobre una economía muy venida a menos y el incremento en el número de parados que ensombrece el presente y el futuro de la estabilidad presupuestaria, tanto o más que en tiempos de aquel dramático desplome del Lehman Brothers, que tanto daño causó en Europa, sobre todo en España, propiciando que el gigante con pies de barro de un modelo urbanístico sin pies ni cabeza, se derrumbara estrepitosamente, dejando tras de sí a los trabajadores en el paro y a una juventud hipotecada por la incalificable gestión de unos poderes políticos que no sólo no se enteraron de la que se nos venía encima, sino que además, fueron culpables colaterales por permitir aquel modelo de urbanismo, de cuyas consecuencias aún tenemos hoy compradores atrapados por firmar hipotecas hasta la ancianidad.